N. J. / I. C.
El profesor de actividades extraescolares del Colegio San Francisco de Paula está desesperado por los continuos ataques vandálicos al solar deportivo municipal de la calle Valle al que acude por las tardes con el grupo de los chavales mayores. Lo último ha sido el incendio hace dos días de la caseta donde guarda el material.
Alrededor de 60 niños de entre 12 y 14 años acuden a esta escuela de fútbol en muy malas condiciones por culpa de los vándalos. El profesor Joaquín Yanes aseguraba ayer a este periódico que los asaltos a las ya de por sí precarias instalaciones deportivas son constantes.
"Ocurre a diario, especialmente los fines de semana", explica. Rompen los cristales de las ventanas de la casetilla en la que guardan las cosas y entran para llevarse el material deportivo o simplemente para causar destrozos, por lo que ha optado por llevarse a su propia casa los balones que utiliza su grupo de alumnos para que no desaparezcan de un día para otro.
Otro tipo de elementos, como los petos que se ponen los niños, los conos con los que se señalizan las actividades y objetos más aparatosos o más pesados deben quedarse allí y sufren las gamberradas nocturnas. "No me puedo llevar todo a casa porque pesa mucho y no tengo tanto sitio", explica.
El último incidente ha sido el incendio del recinto, que el profesor descubrió ayer al regresar del día festivo, y que ha provocado daños en sillas, mesas y bancos. Y todo a pesar de que este profesor ha tratado de impedir la entrada con la colocación de cadenas y candados, pero "todo lo quitan", se lamenta.
Las instalaciones deportivas, propiedad del Ayuntamiento, están situadas entre los Jardines del Valle y la iglesia de Los Gitanos y consisten en un campo de albero donde los chiquillos pueden jugar al fútbol. El profesor lleva allí a los niños, el 90% del barrio, para practicar actividades extraescolares por las tardes.
Como el Colegio San Francisco de Paula tiene muchos grupos de alumnos, el profesor se lleva a los mayores a este recinto, prácticamente un descampado, que el Ayuntamiento les cede para jugar al fútbol. Sin embargo, los continuos robos están impidiendo que el docente pueda desarrollar esta labor de forma adecuada.
"Muchos días para poder empezar las clases tengo que barrer antes los cristales del campo", indica Joaquín Yanes, que calificó las instalaciones de "tercermundistas, claramente tercermundistas", recalcó.
El profesor ya ha informado sobre estos cambios al director y al delegado de Deportes del Distrito Casco Antiguo, pero hasta ahora no ha obtenido ninguna respuesta para dar una solución definitiva al problema.
