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Un puente de ‘firma’ o de diario

Los hitos arquitectónicos, según los expertos, no tienen ya cabida en el río

el 13 nov 2010 / 18:56 h.

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Vista aérea del río en la que se pueden ver tres puentes de la Isla de la Cartuja, la pasarela, la Barqueta y el Alamillo, de fondo.

Un puente más o uno singular, una obra arquitectónica emblemática o una estructura funcional. ¿Qué clase de puente debe levantarse entre el Alamillo y la Barqueta? Tras el proyecto anunciado por el Consistorio, el propio Ayuntamiento y la Junta, que barajan posturas diferentes, han abierto el debate. ¿Y qué opinan los expertos? Se decantan por una obra de calidad, elegante, pero que no compita con Alamillo y Barqueta y que, en tiempos de crisis, no sea cara.


La intención del Ayuntamiento es que el puente que financiarán el grupo Barceló (propietario del hotel Renacimiento) y Cajasol (máximo accionista de Isla Mágica) descongestione la entrada y la salida a la Isla, que soporta por sus vías interiores unos 15.000 coches al día y hasta 48.000 por la avenida Carlos III, más incluso que por Torneo. Según confirmó el propio alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, el convenio urbanístico que incluye la construcción de este puente y la ampliación del hotel Renacimiento y de Isla Mágica, que contará con zonas comerciales y hoteleras, está "muy avanzado".


De hecho, la Gerencia de Urbanismo contratará una asistencia técnica para que diseñe el puente, del que ya se saben datos básicos como que tendrá dos carriles por sentido para el tráfico que se completarán con carriles para el transporte público y la bicicleta. No se cita al Metro.


Por su parte, el proyecto de la línea 4 del Metro recoge la construcción de un puente también en la prolongación de la calle José Díaz hacia la Cartuja. Así lo indica la alternativa "preferente" para la Junta.


El Ayuntamiento cree que el nuevo puente de la Cartuja no debe tener "florituras", quiere que sea "funcional y que quede perfectamente integrado en el paisaje del río", por lo que se descarta que se vaya a encargar a un arquitecto de renombre para así no encarecer más el proyecto, con un coste estimado de entre 10 y 11 millones. Planea la sombra de la Encarnación.


Sin embargo, el proyecto del Metro no va en la misma línea. "El cruce del río debe hacerse mediante una estructura de cierta significación y una calidad fuera de toda duda. El hacerlo con una estructura de interés exclusivamente funcional, como un puente de viga, sería un error de consecuencias nefastas, ya que supondría una pérdida para el espacio de la Dársena, para el paseo fluvial de Sevilla, uno de los de mayor significación en la ciudad y que por ello requiere de un tratamiento singular". Es más: "El río se encuentra cuajado de ejemplos afortunados de puentes que lo cruzan -la Barqueta, la Cartuja, el Cachorro y el puente de Triana- y que merecen una nueva estructura que no desmerezca. No es necesario hacer un ejercicio muy complejo para recordar gran cantidad de ejemplos de estructuras de relevancia en otras grandes capitales del mundo", apostilla la memoria del proyecto de la línea 4.El arquitecto José Antonio Carbajal, autor de obras como el Seminario Dioscesano y ganador del concurso de la nueva sede de la Gerencia de Urbanismo junto a la torre Pelli (un proyecto parado por la crisis económica), considera que lo "sencillo y funcional no está reñido con lo elegante". A su juicio, puentes como el de San Telmo o el de Triana son bellos, funcionales y económicos. "Uno de los mejores es la pasarela. Es sencilla y cumple perfectamente su función. No hay que llegar a alardes estructurales", apostilla. Además, Carbajal cree que la obra de Santiago Calatrava es un "disparate", "un arpa que pudo ser violín", ironiza. En la misma línea, Gonzalo Díaz Recasens, catedrático del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, indica que la ciudad está "saturada de hitos". "Sobran -advierte- monumentos emblemáticos y aparatosos. No hay que llamar tanto la atención". Y ante la crisis, ideas imaginativas. Por ejemplo, su estudio ha participado en un concurso en Holanda para construir en un pequeño municipio un puente que es un centro comercial. Según Díaz Recasens, la ciudad ya está hecha y los políticos no deben reflejarse en la arquitectura, de ahí que rechace el gasto "injustificado" de dinero. "Y la fantasía barata sale caro. Hay que ser como los ingleses. Desgraciadamente hay demasiada necesidad de hacer de la arquitectura bandera política", aseveró.


El arquitecto José Luis Burgos, premio nacional de Urbanismo y uno de los autores de la reconversión de la ría de Bilbao, considera que la pasarela peatonal de Cartuja, sin tirantes ni cables, es el ejemplo a seguir. Fundamentalmente "porque no distorsiona el paisaje".
"Si se quiere hacer un puente singular habría que encargárselo a un arquitecto de prestigio y ya se sabe cómo son esas obras. Tardaría más y costaría más caro. Lo mejor sería un puente esbelto, bello y sencillo", opina Antonio Zoido, escritor e historiador. A su entender, si se quiere quitar coches y apostar por otros medios de transportes, como el Cercanías, no se pueden hacer puentes para el tráfico. No obstante, matiza que San Jerónimo sí necesita más conexiones: "Es la Triana al revés" y que también son necesarias pasarelas peatonales en la Cartuja.


El decano del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla, José Antonio Solís, cree que no hay razón para construir un gran puente que destaque entre el Alamillo y la Barqueta, de ahí que apueste por una estructura "útil". "Huyo de los exotismos porque valen mucho dinero y es mejor que el proyecto sea práctico", destaca Solís. En su opinión, se puede diseñar algo "agradable, con cierta gracia, de calidad, sin ser excesivamente caro".


Para Ángel Díaz del Río, decano del Colegio de Arquitectos de Sevilla, el futuro décimo puente de la Cartuja debería tener "técnica y estéticamente el nivel del Alamillo y la Cartuja". Así lo apuntó la junta de gobierno del Colegio, según Díaz del Río, quien añadió que esta institución sostiene que debe tener las características propias de los últimos puentes, "como se han hecho en otras ciudades". El decano apostilló que se tendría que convocar un concurso público de ideas, donde los arquitectos demuestren que son "magníficos e insuperables diseñadores de puentes, como se vio a la largo de la historia".
La construcción del puente (que no debe tener ningún apoyo en el río porque se ubica en pleno campo de regatas) es sólo un proyecto, sin financiación asegurada ni plazos, pero la necesidad de aliviar el tráfico en la Cartuja y de conectar la isla con el resto de la ciudad urge tomar medidas.

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