El Cajasol se ha ganado a pulso disputar hoy, en la cuarta jornada, un partido clave para su futuro inmediato. Las tres derrotas no pesan mucho menos que la imagen desoladora que ha ofrecido el equipo en prácticamente los 120 minutos de juego que ha disputado. Es el equipo peor valorado, con el ataque más pobre, una defensa de lo más débil y paupérrimo en el tiro. Hoy sólo puede mejorar.
Semana tensa en San Pablo. Rostros serios, pocas palabras entre los jugadores y órdenes de exigencia en el míster, Manel Comas. Ante el conjunto de San Sebastián, el Cajasol juega mucho más que un partido, mucho más que una victoria, pone en tela de juicio el poco crédito que le queda, de forma sorprendentemente rápida, a un proyecto de equipo construido con mucho, mucho dinero y que no sólo no ha mejorado el anterior, sino que, de momento, lo empeora bastante.
Una nueva derrota, que lo asentaría en las plazas de descenso, con los partidos ante Bilbao y Real Madrid en el horizonte, podría desencadenar la toma de decisiones de las denominadas drásticas en el club, aunque la entidad lo tiene realmente complicado. La primera y clásica opción es la de cortar a algún jugador. El problema es que casi ninguno está dando la talla, ni los interiores, ni los exteriores, ni el base ni los aleros...
Elmer Bennett es ahora mismo uno de los más cuestionados. Su estado de forma es alarmantemente bajo, siendo como es la pieza más importante. Además, el hecho de que su familia no se haya trasladado a Sevilla le mantiene también en un punto de baja forma psicológica, aunque si un jugador puede tener margen de confianza a tenor de su intachable dedicación profesional es él. Pero el equipo le necesita ya y ahora.
Y de los demás, el que estuvo más en el alero, Warren Carter, es el único que parece ahora un poco entonado. Luego, está el papel exageradamente preponderante de Juanjo Triguero, y en el polo opuesto, Savanovic y Andrés Miso. Tampoco está respondiedo Ignerski, en un equipo huéfano de referencias, de estilo, y de momento, sin coraje.
Seguramente la clave esté en elevar el tono medio como colectivo, especialmente en defensa, y elaborar con sencillez en un ataque hasta ahora caótico que sólo promedia 62 puntos por partido.
Tal vez un rival como Bruesa, que encaja 88, sea más que propicio. Llega con las dudas de dos derrotas (Granada y Real Madrid) y ninguna victoria, pero con gente de indudable calidad como Denis Marconato y sobre todo Lou Roe por dentro y otros dos ex cajistas, Andy Panko y el base Sergio Sánchez. Un rival para nada sencillo.