El incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona) se cobró ayer su quinta víctima al fallecer ayer uno de los dos bomberos heridos el pasado día 21. Con esta nueva muerte ya son nueve las personas fallecidas en España en lo que va de año en labores de extinción de incendios.
El bombero fallecido era un joven de 31 años de edad que presentaba quemaduras de segundo y tercer grado en el 50% de su cuerpo y que pertenecía al Grupo de Actuaciones Forestales, un grupo de elite de los bomberos catalanes. Este incendio, que ha permanecido activo durante cuatro días, fue controlado ayer por la mañana, gracias al trabajo de un total de 53 dotaciones terrestres que durante la pasada madrugada estuvieron remojando el perímetro del incendio, sofocando brasas y revisando las pequeñas columnas de humo que emergían del área del siniestro.
El fuego, que fue originado por un rayo que cayó durante una tormenta eléctrica el 14 de julio, ha quemado unas 1.500 hectáreas de masa forestal, 587 de ellas del parque natural de Els Ports de Beseit.
Ayer más de 1.500 personas asistieron en Palau d'Anglesola (Lleida) al entierro de uno de los cuatro bomberos fallecidos en el primer día del siniestro.
También en Aragón, una de las regiones más afectadas por el fuego en los últimos dos días -se han quemado más de 10.600 hectáreas-, centenares de personas despidieron ayer al bombero fallecido el pasado jueves en Corbalán (Teruel) mientras conducía una motobomba.
El consejero de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Alfredo Boné, dijo que la comunidad continúa en una situación de "alerta máxima", ya que los fuegos no están "ni mucho menos extinguidos". Además, el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher, se reunió con miembros del Gobierno castellanomanchego y con responsables de las fiscalías de Cuenca y Teruel para estudiar si los incendios de estas zonas han sido provocados.
Mientras, en Castellón, un cambio de dirección del viento reavivó ayer el incendio de Segorbe que avanzaba hacia la sierra del Espadán y que alcanzó a una fábrica y obligó a desalojar de manera preventiva a unas 140 personas de la zona de Soneja. Se está investigando si este fuego ha sido intencionado.
En Castilla-La Mancha seguía ayer activo el fuego declarado en Uña (Serranía de Cuenca), mientras que el de Poyatos, también en la comarca serrana, se controló ayer.
En estos incendios participan 4.000 miembros de la Guarda Civil, 980 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y otros efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como decenas de medios aéreos.
