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Un río de posibilidades

Otro día que el sol no termina de decidirse a salir. Ningún plan programado y nada que hacer, por lo que parece que la cita va a ser con el televisor o con el ordenador. La cosa no está para abusar de la cartera. Si cree que no puede hacer nada sin gastar ni un céntimo de euro acérquese al río.

el 15 sep 2009 / 22:12 h.

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Otro día que el sol no termina de decidirse a salir. Ningún plan programado y nada que hacer, por lo que parece que la cita va a ser con el televisor o con el ordenador. La cosa no está para abusar de la cartera y ya ha renunciado hasta a tomarse una cervecita en el bar de la esquina. Si cree que no puede hacer nada sin gastar ni un céntimo de euro acérquese al río. Pero no para tirarse -si se atreven, que sea mejor en verano, que ahora el agua está demasiado fría- sino para descubrir que su orilla ofrece un sinfín de posibilidades para pasar un buen rato - o todo un día si le coge el gustillo- de lo más económico.

Opciones hay tantas como gustos. Si lo suyo es el ejercicio, no hay nada mejor que coger la bicicleta como hace Antonio, un joven estudiante que pasea por los bajos del río "siempre que puedo". Si son más arriesgados, pueden acercarse hasta la pista de skate que hay debajo de la estación de Plaza de Armas. Allí, los más jóvenes se suben al monopatín y no paran. "Desde hace seis años, vengo una tres veces por semana porque me encanta deslizarme, saltar? todo lo relacionado con el monopatín", cuenta Rubén, todo un incondicional.

Otra opción es correr un rato por la margen del río. Es muy recomendable el paseo que va desde la Torre del Oro hasta más allá del Puente de la Barqueta. Es el trayecto favorito de Sergio y Lucía: "Aquí no hay coches, puedes correr más tranquilo sin que te molesten y las vistas son geniales". También puede hacerlo andando, como Mariola, que camina "casi todos los días 45 minutos hasta el Puente de Triana".

Dar de comer a los gansos es la actividad favorita de Mar y su hija Lola: "Así puede tener contacto con los animales y, además, en el centro no hay ningún sitio con césped para poder sentarnos como lo hacemos aquí", argumenta la madre. Coger animales, y no verlos, es el pasatiempo favorito de Rubén. "Yo pesco el black bass o perca americana, como se le conoce aquí, pero luego la devuelvo al río", explica. También hay carpasy y albures.

Si con tanto ejercicio, vueltas y paseos quiere descansar un rato no hay mejor lugar para tumbarse que el césped que hay justo al lado del río, cerca del Puente del Cachorro. ¿Que qué hacer? Nada. Simplemente detenerse, observar y escuchar cómo suena la ciudad, los remeros al acercarse a la orilla, el barco de turistas o el pedaleo de las bicicletas. Se hace de noche pero antes de volver a casa, una última parada en los bajos de Marqués de Contadero para contemplar el río con la bella Triana al fondo.

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