Un rosal que cien años dura

Los vecinos hallan un aviso ferroviario que fija la fundación de Los Rosales en agosto de 1914. Eso ha movilizado al pueblo para celebrar el centenario

bin_33967060_con_16715841 Señor alcalde, ya me hubiera gustado estar entre el público hoy, pero no he podido vivir tantos años. Algo así podrá encontrarse el futuro regidor de Tocina-Los Rosales en el año 2114 en una carta, si se celebrara el bicentenario del nacimiento del núcleo que creció en torno a la vía ferroviaria de Madrid a Sevilla. Esta carta, a la que el actual primer edil, Francisco J. Calvo (PA), dará «un tono jocoso», será enterrada junto con las que escriban «los niños de los colegios» y otros objetos en una cápsula del tiempo, que saldrá a la luz por los habitantes el siglo que viene. Ésta es una de las propuestas con las que se están conmemorarán los 100 años de vida de Los Rosales. Un pueblo que estaba «condenado a aparecer», en palabras de Calvo ya que, donde no había nada, se instaló una casa de postas, una estación de tren, un canal para cultivos de regadío y una azucarera. Una cosa llamó a la otra y estos hitos dieron lugar a la aparición de un asentamiento que tiene la misma población en número que Tocina, «que existe desde el siglo VII» y con la que comparten municipalidad. Entre los dos suman 8.000 habitantes. El hallazgo de la efeméride «se produjo de casualidad» el verano pasado cuando, recopilando información para una ruta turística, apareció en el centro Guadalinfo de Tocina un comunicado de la compañía ferroviaria MZA, que da un Aviso al público por el que, desde el 1 de agosto de 1914, la estación Tocina-empalme pasaría a denominarse Los Rosales. Los motivos que apuntan al cambio son, al parecer, «las confusiones de los usuarios del tren que, si tenían que cambiar de línea, se bajaban en la estación de Tocina en vez de en Tocina-Empalme, actual Los Rosales», donde se unían las líneas Madrid-Córdoba-Sevilla y Mérida-Sevilla. «El nombre se tomó de una finca cercana, El Rosal, que se diseminó en parcelas que se conocerían con el nombre en plural», cita el alcalde, entre otras hipótesis por confirmar. Otras hablan de que fue Alfonso XIII, que en una visita a la estación dijo que cambiasen el nombre por Los Rosales ante su colorido floral. Por ese capricho del destino, los rosaleños se toparon con algo importante que celebrar y sin nada preparado. El feliz descubrimiento llegó apenas una semana antes del aniversario, por lo que «se puso en marcha a toda prisa un dispositivo para arrancar con las conmemoraciones». Celebraciones recogidas en un amplio programa que se extiende al 1 de agosto de 2015. Entre tanto, se presentó el proyecto a los vecinos en una conferencia; se eligió un cartel y un logo y se inició un documental en el que los vecinos contaran su historia. Además, se está rehabilitando una zona que se llamará Parque del Centenario, los niños tendrán libros sobre la historia local, la banda de música Guadalrosal dará un concierto y se dejará un legado para la posteridad con la cápsula del tiempo. El dinamizador del centro Guadalinfo, Blas Sánchez de Paco, está coordinando este operativo haciendo incluso, por afición, de cronista local. «La gente se está volcando», asegura. Escuchar a Blas relatar cómo aparecieron los hitos que dieron lugar a este pueblo es un verdadero paseo por la historia de la transformación de la Vega del Guadalquivir. Entre dato y dato, la anécdota. «Al publicar en la web municipal la nota, apareció la hija de los primeros habitantes», los dueños de esa casa de postas donde paraban «todo tipo de diligencias», y que sirvió de justificación para la fundación de Los Rosales. Ahora es un municipio que «se ha reinventado con el tiempo», según Calvo, y que posee una idiosincrasia propia, como su romería, la Semana Santa o la fiesta de disfraces del 28 de diciembre. Y, desde este año, también cumpleaños.

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