Javier Arenas, líder del PP andaluz, siempre ha sostenido que los alcaldes son lo "mejor" de su partido. Por eso, cuando volvió a Andalucía en 2004 no dudó en rodearse de los regidores más punteros en el grupo parlamentario. Le gusta tenerlos cerca y a su tirón electoral se ha encomendado para llegar a la Junta en 2012. Ahora, ante la propuesta del PSOE para expulsar a los alcaldes de la Cámara autonómica tras los próximos comicios, Arenas ha decidido blindar a algunos de sus munícipes más preciados enviándolos al Senado. Así ocurrirá con la regidora de Jerez (Cádiz), María José García Pelayo; el de Tomares (Sevilla), José Luis Sanz; el de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, y el de Armilla, Antonio Ayllón, número dos por Granada. Deberán dejar sus escaños tras los comicios del 20-N. Junto a ellos, otros dos alcaldes, el de Málaga, Francisco de la Torre, y el de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, encabezarán las listas a la Cámara Alta.
Tres de los cuatro diputados autonómicos que irán al Senado son del círculo más estrecho de confianza de Arenas. García Pelayo es vicepresidenta del Parlamento, Sanz es presidente del PP de Sevilla y Fernández de Moya lidera el partido en Jaén. El veto auspiciado por el PSOE, que el PP quiere recurrir, afecta a otros 13 alcaldes populares que ocupan actualmente escaño autonómico. Desde que en verano los socialistas lanzaran su propuesta, Arenas siempre ha negado que estuviera pensando una estrategia para recolocar a sus regidores. Mandándolos al Senado incumple también la máxima que defendió al aterrizar de nuevo en Andalucía: un político, un cargo.
El hecho de que estos alcaldes vayan al Senado les asegura, al igual que ocurre ahora al ser diputados autonómicos, un buen sueldo que no sale de las maltrechas arcas del ayuntamiento. Los senadores cobran de base 2.813 euros al mes, y todos los que no son de Madrid perciben además otros 1.822 euros para pagar alojamiento y manutención, es decir, más de 4.600 euros.
Es significativa la inclusión del alcalde de Málaga como número uno al Senado por esta provincia, un cargo que él mismo pidió a Arenas. Este accedió después de negarle la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), puesto que finalmente se quedó en manos de Juan Ignacio Zoido, regidor de Sevilla. De la Torre ha discrepado públicamente en más de una ocasión con el líder del PP-A. La última vez cuando dijo, en contra de la opinión de la dirección regional, que es incompatible ser alcalde y diputado andaluz. No piensa lo mismo de ser senador, ya que argumenta que sólo tendrá que estar en Madrid cuatro días al mes.
Se quedan fuera.
Otros regidores también sonaban para el Senado pero finalmente no irán en las listas, como el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, la de Marbella, Ángeles Muñoz, o el de Algeciras, José Ignacio Landaluce. Completan las candidaturas Matías Conde por Huelva, Beatriz Jurado por Córdoba -preside las NNGG- y Sebastián Pérez, presidente del PP de Granada y de la Diputación. Seis caras nuevas y mayoría masculina, seis hombres y dos mujeres.
Un senador tiene menos peso que un diputado nacional, aunque desde el PP aseguran que todas las listas tienen espíritu "ganador". Andalucía es fundamental para que Rajoy logre mayoría absoluta. Si en clave nacional se lee que la inclusión de Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, en la lista al Congreso implica que estará en un futuro gobierno, no se sabe si algunos de los populares andaluces que van a las Cortes tienen más posibilidades de ser ministros. Se da por hecho a Montoro, número uno por Sevilla, como titular de Economía. En Andalucía cabe otra lectura: ¿ha elegido Arenas a sus cabezas de lista al Senado y al Congreso pensando en un hipotético Gobierno andaluz? Quizás los que no aparecen en las listas ganan posibilidades de tener cartera andaluza.
