Los jugadores, abatidos tras un gol. (JM Vidal / Efe)
Los buenos resultados no son eternos, y menos aún para un equipo en construcción como el Sevilla, aunque la temporada ya está avanzada y lo cierto es que se echa en falta esa regularidad que debe tener todo aspirante a los puestos altos de la clasificación (léase Europa League). La Champions, que hace menos de un mes llegó a estar en boca del mismísimo Unai Emery es, actualmente, un sueño imposible. Por eso, toca centrarse en una de las plazas que están a tiro, aunque la lucha por ellas se ha recrucedido después de que el conjunto nervionense haya sumado dos de los últimos quince puntos en litigio.
Lo ocurrido el pasado domingo frente al Barcelona no es sino la extensión de un doble problema que ya acusó frente a Levante y Málaga: el Sevilla ha perdido la solidez defensiva que lo llevó a permanecer hasta ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota y, además, no sabe jugar cuando tiene el marcador a su favor. Mantener las rentas es un problema, y lo ha pagado muy caro. Para más inri, dos de esos tres encuentros fueron contra rivales situados por debajo en la tabla clasificatoria e incluso de inferior potencial en teoría.
TERCER EQUIPO MÁS GOLEADO. Los diez tantos encajados en los tres últimos partidos ofrecen una media altísima que confirma al nervionense como uno de los equipos más goleados del campeonato: 41 goles en 23 partidos, los mismos que el Almería. Sólo Rayo y Betis, ambos con 52, recibieron más. Números que convierten Sevilla en el tercer equipo más goleado de la Liga española. Un importante lastre que le impide luchar de una forma más solvente por sus objetivos.
Y no, no se trata de un problema de la zaga, sino del nivel defensivo del bloque en general, ya que, como por ejemplo sucedió ante el Barcelona, con frecuencia los atacantes encaran a los hombres de atrás sin la debida resistencia por parte del centro del campo. En cualquier caso, los fallos son atribuibles a todas las líneas, incluida la portería, donde Beto está dejando muchas dudas últimamente.
VENTAJAS DESAPROVECHADAS. Otro de los hándicaps del equipo de Emery es el problema a la hora de conservar su ventaja en el marcador. En trece de sus 23 partidos de Liga comenzó ganando, pero sólo ganó ocho, cediendo tres empates (Real Sociedad, Valladolid y Athletic) y sufriendo tres derrotas (Levante, Málaga y Barça), lo que se traduce en 15 puntos escapados de las manos. Muchísimos. Ningún equipo dejó volar tantos.
Por otra parte, también hay problemas a la hora de remontar marcadores. De hecho, el Sevilla no ha conseguido ganar ninguno de los nueve partidos que comenzó perdiendo. Llegó a empatar cuatro, lo que le permitió sumar otros tantos puntos, pero no fue capaz de imponerse en los cinco restantes.
También hay que recordar que en algunos choques los dos ante el Barça por ejemplo las decisiones arbitrales influyeron a la hora de no aprovechar las rentas en el marcador.
