Sevilla y su área metropolitana han ido creciendo históricamente al tiempo que se construían sus vías de comunicación. Este paralelismo no ha evitado que las carreteras vayan por detrás de la demanda de los ciudadanos y que los puntos negros de tráfico se hayan convertido en eternos.
Caravanas de coches en hora punta y los fines de semana, ruido constante? La salida y entrada a Sevilla es un verdadero suplicio para los que cada día se desplazan hasta la corona a trabajar o a vivir. Pero, ¿desde cuándo se repite la situación? Pues, aunque muchos crean que este fenómeno es fruto de la reciente marcha de muchos habitantes de la capital hispalense a vivir a la periferia por la subida de los precios de la vivienda en Sevilla, lo cierto es que, ya en el año 1910, había atascos a la altura de La Pañoleta (Camas).
Eso sí, eran atascos de carros, de aquellos que transportaban el vino de Villanueva del Ariscal o de Umbrete, el aceite y la aceituna de mesa, en un momento en el que comenzó a funcionar la exportación de estos productos y que, como ahora, no tenían otro camino para llegar hasta el Puerto de Sevilla. Casi un siglo después todo sigue igual.
Ni siquiera el auge que se produjo en la ciudad en 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, y de cara a la Exposición Iberoamericana de 1929, y que supuso la modernización de las vías de comunicación, acabó con el problema.
Juan José Domínguez Vela, doctor en Geografía, ha estudiado cómo el desarrollo de las carreteras ha dirigido primero el crecimiento urbano de la capital hispalense y posteriormente de la corona en una tesis doctoral que va a publicar próximamente. En la misma analiza el desarrollo urbano del área metropolitana de Sevilla desde 1833, año en el que se constituyeron las provincias, hasta la década de los 80 del siglo XX.
Esta estructuración de las carreteras fue fundamental para el crecimiento de la capital hispalense, polarizando tanto los ejes industriales como las nuevas áreas de expansión urbana. "Son las carreteras las que dirigieron el crecimiento urbano", que aunque se inició a partir de los años 30 del siglo pasado experimentó su gran boom en las décadas de los 60 y 70, según expone.
"La primera expansión urbana de Sevilla empezó a gestarse en los años 60", cuando se convirtió en vía de doble circulación la actual avenida de Kansas City, que une desde Nervión hasta el aeropuerto. "Inmediatamente surgieron los polígonos y Santa Clara", apostilla.
Sectores . Ocurrió lo mismo con la carretera de Sevilla hasta Montequinto (Dos Hermanas), lo que actualmente es la avenida de la Paz. La autovía Madrid-Cádiz pasaba por las cercanías de la Universidad Laboral -hoy Universidad Pablo de Olavide (UPO)- y se decidió desdoblar el inicio de la ruta Sevilla-Utrera. En las márgenes se construyó el Polígono Sur "y empezó el crecimiento disperso de la ciudad en manchas de aceite, sin conexión", agrega.
Fue el municipio de Dos Hermanas el primero en aprovechar la carretera. "Hizo urbanizable un terreno de su término municipal que estaba alejadísimo de su casco urbano -Montequinto- con lo que se produjo una revalorización inmediata del mismo, ya que los agentes inmobiliarios empezaron a comprar los suelos aprovechando la plusvalía que generaba la cercanía de una vía de comunicación", especifica el experto.
Parecido fue lo que sucedió con la carretera de Huelva. En el momento en el que se desdobló "se construyó por una parte un área de renta alta, como es Santa Eufemia (Tomares), en uno de los nudos de la carretera, y otra de renta baja, Nueva Sevilla (Castilleja de la Cuesta), también al margen de la misma".
En todos los casos los nudos de conexión de la carretera favorecieron la aparición de ejes industriales o bien de áreas residenciales, "y así se gestó el área metropolitana".