Dos soldados de EEUU murieron y otros tres resultaron heridos después de que un soldado iraquí disparara de manera deliberada en una operación conjunta de patrullaje en la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, el 26 de diciembre. En el episodio, que está siendo investigado, también resultó herido un intérprete civil.
El teniente coronel James Hutton, del Ejército estadounidense, dijo que no está del todo claro el por qué el soldado iraquí abrió fuego contra sus compañeros de patrulla, aunque se sospecha que el atacante tenía vínculos con grupos insurgentes suníes. Éste sería el primer caso en el que un soldado iraquí ataca a efectivos norteamericanos en Irak desde que comenzó la invasión liderada por EE UU en 2003.
El Ejército iraquí respondió con el endurecimiento de los métodos de evaluación a los reclutas que controla la región de Mosul. Asimismo, los generales iraquíes de esta zona informaron que se está haciendo una revisión profunda de los antecedentes de los soldados actualmente en servicio.
Cadáveres. La localización de fosas comunes y cuerpos en las calles está llegando a ser una tónica habitual de la violencia en Irak. En esta ocasión, la Policía iraquí y varias tribus localizaron 12 cadáveres con numerosos orificios de bala en diferentes puntos de Bagdad.
Seis de los cuerpos fueron hallados por las tribus en el distrito de Al Daura, en el sur de la capital iraquí, y el resto en otras áreas de Bagdad. Los doce cadáveres, algunos despedazados por los numerosos disparos recibidos, estaban maniatados y con los ojos vendados, según la Policía iraquí.
