¿Puede un solo examen decirnos qué grado de responsabilidad en las notas tiene el alumno y qué parte sus padres y sus profesores y el sistema educativo? Las pruebas de diagnóstico, que acaban de concluir, se diseñaron justo para eso. Ahora toca repartir responsabilidades y buscar soluciones.
En realidad las pruebas de diagnóstico terminaron ayer, aunque los alumnos de Secundaria fueron los últimos en examinarse de Conocimiento del Mundo Físico el viernes pasado. Pero ayer se cerró el plazo para que los padres entregasen los cuestionarios que les habían pasado los profesores de sus hijos. Una batería de preguntas más o menos personales que las familias tenían que responder, aunque muchas no comprendían qué tenían que ver con las notas de sus chavales. Lo cierto es que tienen mucho que ver: "¿Hablan ustedes a menudo con los profesores?; ¿Hasta qué nivel educativo esperan que estudie su hijo?; ¿Cuánto tiempo suelen pasar leyendo en casa: revistas, periódicos o material del trabajo?; ¿Cuántos libros hay en su casa?; ¿Lee por obligación?; ¿Cuál es su nivel de estudios?".
Las pruebas de diagnóstico, que realizan alumnos de 5o de Primaria y 3o de ESO, tienen un elemento común: no parece que las preguntas tengan una respuesta difícil, no consiste en responder sí o no, o verdadero o falso, no hace falta tener muchos conocimientos para responder a la pregunta ni tampoco haber estudiado demasiado. No tienen nada que ver con los exámenes ordinarios, y eso produce tanto desconcierto en los alumnos como en sus padres. Los profesores son menos escépticos que hace dos años, cuando se implantaron las pruebas andaluzas.
En la prueba de Lengua hay varios ejercicios que preguntan sobre una grabación o sobre un texto escrito, precisamente porque hace un año la Consejería de Educación encontró un terrible agujero negro en la capacidad de los chavales para comprender lo que les explicaban y para explicar lo que leían. El significado del diagnóstico es ése: Puedes aprenderte algo de memoria pero, una vez que lo has aprendido, ¿te sirve para algo?
Las pruebas de este año, a las que ha tenido acceso El Correo, tenían ejercicios idénticos en Primaria y en ESO, aunque enunciados de otra forma. Se escucha en clase una grabación. En Primaria es un cuento y en Secundaria una voz femenina al teléfono. Ambas grabaciones reproducen un marcado acento ¿andaluz? Al estudiante de 14 años le piden que escriba lo que se le ocurra sobre la pronunciación de la chica. Al de 10 años le preguntan directamente: "¿Unas lenguas españolas son más importantes que otras?".
Este año, la consejería hará un especial seguimiento a los centros adheridos al Plan de Calidad, los únicos que han firmado un compromiso para alcanzar unos objetivos concretos al finalizar el curso. El resto de colegios conduce sus compromisos de mejora a través de las pruebas. En cuanto vean los resultados de los niños, deben proponer a la Junta qué harán para remontar. Educación también querrá saber si ellos han hecho bien su trabajo: les preguntará cuánto tiempo específico dedican sus alumnos a la lectura y cómo van a aplicar los planes de mejora.