Un ceilandés de la etnia tamil murió el jueves tras quemarse a lo bonzo ante la sede la ONU en Ginebra. Desde hace dos semanas un grupo de tamiles se reúne cada noche en la plaza de las Naciones de la sede ginebrina de Naciones Unidas en protesta por la actuación de las fuerzas gubernamentales de Sri Lanka contra este movimiento independentista.
Marie Heuzé, portavoz de la ONU, confirmó a Efe que el suceso ocurrió ayer hacia las 20.00 hora local.
Según relataron los agentes de seguridad de Naciones Unidas, en la plaza había un reducido grupo de tamiles manifestándose cuando uno de ellos se prendió fuego.
Los agentes, que no tienen competencia para actuar fuera del recinto de la ONU, llamaron a la Policía de Ginebra y dos agentes se personaron de inmediato en el lugar de los hechos.
El portavoz de ese cuerpo policial, Eric Grandjean, explicó a Efe que "se dio la casualidad que había una patrulla muy cerca de la plaza de las Naciones que pudo desplazarse rápidamente tras recibir la llamada. Cuando llegaron los agentes, el tamil aún estaba de pie en llamas, pero no pudieron hacer nada por él".
Según los testigos, el resto de personas que estaban en la plaza intentaron en vano apagar las llamas, que acabaron en pocos segundos con la vida del tamil que, según la policía ginebrina se roció previamente con gasolina.
La plaza de las Naciones Unidas se llenó de tamiles que muestran no sólo su repudio por los enfrentamientos en Sri Lanka, sino su solidaridad con su compañero muerto.
Los propios tamiles se han organizado para evitar que algunos de los partidarios más exaltados provoquen disturbios, por lo que han desplegado una cadena humana entre la plaza y la sede de la ONU.
