Milhojas de solomillo y jamón con salsa, timbal de calabacín con gulas del norte, vuvuzela de langostinos con salsa marisquera,... y así hasta 64 platos pueden degustarse hasta mañana en la duodécima edición de la Feria de la Tapa. Bajo el eslogan Utrera sabe bien, la ciudad acoge el evento gastronómico de este tipo más antiguo de Andalucía, según explican los organizadores.
La caseta municipal, en pleno recinto ferial utrerano, junto al paseo de Consolación, espera quedarse pequeña en los días en que se desarrolla la cita, a la que acuden 16 bares y restaurantes de la ciudad. Con las tapas a dos euros; las bebidas, a uno; y las copas, a 3,50 euros, este especial fin de semana, inicio del puente por el día de Todos los Santos, pone a Utrera en el centro de la actividad lúdica de la provincia.
Como siempre, serán miles las personas que se asomen por este homenaje al tapeo. Las habrá como Paco Jurado y Consolación Álvarez, un matrimonio utrerano que no ha querido dejar pasar la oportunidad de "poder degustar platos muy buenos y variados a un precio bastante asequible". O como el grupo de mujeres llegadas desde la capital hispalense y que aprovecharon el primer día del evento para "tapear primero, y luego ir a las confiterías y comprar los famosos dulces de Utrera".
Pero, en una sociedad tan global como la actual, también es posible ver a algunos extranjeros de paso por la caseta municipal, degustando algunas de las delicias gastronómicas que estos días se presentan en la feria. Es el caso del joven estadounidense Landon Hill que, de estudios en la capital hispalense, se acercó al municipio en el tren de Cercanías (C-1) para conocer la ciudad primero y, de paso, acercarse a algo tan andaluz como el buen tapeo.
De un lugar o de otro, lo cierto es que estos días Utrera ofrece una buena excusa para que lleguen personas al entorno de Consolación. Y no sólo por la gastronomía que ofrecen los bares y restaurantes participantes en el evento, sino porque también hay varios expositores comerciales que, de forma paralela, acuden igualmente en esta tradicional cita del calendario utrerano. La calle Toná, situada junto a la caseta municipal, acoge diversos expositores con electrodomésticos, productos ibéricos, cafés y copas. Junto a ello, existe un espacio ocupado por distintas atracciones destinadas para los más pequeños.
Además de tapear, los degustadores no sólo saborearán sino que podrán hacer de jurado. Los visitantes tienen la oportunidad de decir qué plato les ha gustado más. Su opinión será tenida en cuenta para los habituales premios a la mejor tapa y mejor conjunto de tapas -por votación popular-. También hay un premio a juicio de los restauradores.
Con un precio de 0,50 euros para acceder al recinto, la caseta municipal abre hasta mañana domingo, de 13.00 a 18.00 horas, en turno de mediodía; mientras que esta noche estará abierto de 20.00 a 1.00 horas. Por su parte, los expositores estarán ininterrumpidamente, de 12.00 a 0.00.
