Cuando nadie lo esperaba llegó la sorpresa. La duodécima jornada del juicio a los cuatro adultos implicados en el crimen de Marta del Castillo comenzó con el anuncio del fiscal de un nuevo testigo que corroboraría la tesis de las acusaciones de que Javier Delgado, el hermano del autor confeso de la muerte de Marta, colaboró en la desaparición del cuerpo de la joven. Se trata de un taxista que llevó al hermano de Miguel Carcaño de Luis Montoto a León XIII a las 0.30 horas del 25 de enero.
Esta revelación no tiene nada que ver con la nueva línea de investigación que anunció el padre de Marta, Antonio del Castillo, el pasado martes, ya que fue el jueves, 10 de noviembre, cuando este taxista acudió a declarar a la Comisaría de Blas Infante que la madrugada del crimen llevó a Javier Delgado hasta el piso donde perdió la vida Marta. Lo recogió a las 0.30 horas en Luis Montoto, calle que está justo al lado del bar que regentaba entonces junto con dos socios más, y en el que tenía que trabajar aquella noche. Javier siempre ha dicho que estuvo allí hasta las 3 horas, con lo que este testigo desmontaría su coartada, ya que entonces estaría en el piso pasada la una de la madrugada cuando un vecino vio a Miguel manipulando la silla de ruedas.
Una llamada. El taxista no tiene dudas de que la persona que subió a su vehículo era Javier y que fue en la madrugada del 25 de enero, ofreciendo datos objetivos que lo corroborarían. Fuentes de la investigación, aseguraron a este periódico que el testigo relacionó la aquella carrera con el caso y reconoció a Javier por las fotografías y los vídeos que se emitieron de él cuando salió de la prisión. Por eso, al ver que estaba detenido, creyó que su testimonio no sería nada relevante para la investigación. Sin embargo, al ver en los medios las contradicciones del caso y sobre la implicación del hermano de Miguel decidió ir a la Policía. Las mismas fuentes indicaron que los agentes están trabajando para comprobar los datos objetivos que ha ofrecido el taxista, entre ellos, una llamada que él realizó a las 0.30 horas y por la que recuerda que fue entonces cuando Javier se montó en su taxi. Asimismo, el taxista podría aportar otros testimonios que corroborarían los datos que él le la ha ofrecido a la Policía.
Ante este nuevo testimonio, la Policía decidió informar el viernes al del caso Luis Martín, quien, junto con la fiscal jefe, decidió abrir unas diligencias preprocesales, un concepto diferente a las habituales diligencias penales, ya que el primero permite la posibilidad de citar al testigo en el juicio, sin necesidad de que se retrotraiga el caso a la instrucción. Un aspecto que podría ser solicitado por alguna de las partes.
Con la intención de no vulnerar el principio de igualdad de armas, ni el de defensa, el fiscal anunció la existencia de este testigo al inicio de la vista, manifestándole al tribunal su intención de citarlo a declarar si la Policía concluye que su testimonio es veraz. De esta forma, la Fiscalía espera que hoy o mañana, como muy tarde, los investigadores concluyan las diligencias y así poder ponerlas a disposición de las partes para que éstas puedan alegar, presentar otros testigos o, simplemente, prepararse las preguntas. Eso sí, el Ministerio Público no tiene intención alguna de parar el juicio, aunque este aspecto también esté recogido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, porque, entre otras cosas, no cambiaría las acusaciones, sino que reforzaría la tesis de las acusaciones.
Y es que este testigo tumba la coartada de Javier, quien siempre ha asegurado que se marchó de su bar a las 3 o 3.10 horas. Fue a esa hora cuando él reconoce que cogió un taxi, pero para ir a un bar de la calle Albaida, donde estuvo hasta las 4 horas. De ahí se fue andando hasta su casa, que está en las cercanías.
Javier relevó a uno de sus socios poco antes de las 24 horas del 24 de enero de 2009. Sin embargo, uno de sus socios dijo que entre las 1.30 y las 3 horas no se registró ninguna consumición aquella noche y que no cerró la caja. Además, un testigo. Este nuevo testimonio también afectaría a María García, que siempre ha reconocido llegó a León XIII pasada la medianoche para estudiar allí.
