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Un tercio de las mujeres con discapacidad sufre malos tratos

Un estudio de autodiagnóstico del colectivo revela sus problemas laborales y tabúes como el sexo.

el 26 ene 2012 / 22:09 h.

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Cailu es una empresa sevillana que da trabajo a mujeres discapacitadas.

Cuando la Federación de Asociaciones para la Promoción de la Mujer con Discapacidad Luna , creada en 2000, se planteó conocer la situación y los problemas específicos que afrontan las mujeres discapacitadas, la violencia de género no se incluyó entre las hipótesis para verificar. Pero conforme los encargados del estudio recababan información de las 3.343 encuestadas (327 en Sevilla) se encontraron con que muchas de ellas relataban episodios de violencia de género y doméstica. El 31% de las mujeres sondeadas han sufrido una violencia a la que son más vulnerables y que en su caso no solo ejercen parejas o exparejas (45%) sino también familiares (20%), conocidos (18%) y hasta personal sanitario o de residencias (5%).

Es una de las cifras del Autodiagnóstico de la situación de las mujeres con discapacidad en Andalucía, un estudio elaborado por Luna -con la colaboración del IAM y de la Consejería de Igualdad- que no recoge solo datos cuantitativos sino testimonios.

"Una mujer minusválida tiene que aguantar más todavía la violencia por parte de su marido por la dependencia"; "Un insulto cuando eres minusválida te duele mucho porque forma parte de ti, aunque tú pienses que eres normal en el fondo no lo eres"; "Nunca tuve mucha seguridad en mí mismo pero con él deje de ser persona. Me consideraba una carga que tenía que llevar a cuestas, que no servía para nada, que con la minusvalía ya no era ni una mujer". Son algunos de los testimonios incluidos en un análisis que pretende guiar las políticas para personas con discapacidad desde una perspectiva de género. "Por ejemplo, a nosotras nos interesa mucho el tema de que los ascensores sean transparentes porque es uno de los sitios más frecuentes donde nos pueden violar", explicó la presidenta de Luna y Camf, María Ángeles de Cózar.

De los 342 casos registrados de violencia entre las encuestadas, el 46% corresponden a maltrato psicológico, un 31% a agresiones físicas y un 14% sexuales.

Doble discriminación. Tanto De Cózar como el director general de Discapacidad, Gonzalo Rivas, y la directora del IAM, Soledad Pérez, subrayaron la importancia de que exista un movimiento asociativo específico de mujeres discapacitadas y perspectiva de género en estas políticas porque sufren una "doble discriminación", empezando porque el 57% pertenece a asociaciones pero el 60% de los directivos de éstas son hombres.

Es en el ámbito laboral y formativo donde más se notan las diferencias, pero ello conlleva un menor nivel adquisitivo y una dependencia económica que influye en otros aspectos. Y es que su tasa de desempleo es del 78% pero lo más llamativo es que un 41% son invisibles porque no aparecen como demandantes de trabajo. "No nos educan para cumplir ni el rol de amas de casa ni el de mujeres independientes", explica De Cózar. Por eso, solo un 11% llega a la Universidad (el 23% se queda en Primaria y el 29% en ESO) y pese a que seis de cada diez entrevistadas están o han estado casadas y un 60% tiene hijos, no es algo que su entorno prevea.

"Se da por hecho que no podemos formar nuestra propia familia, nuestro destino es estar con los padres y cuando falten con la familia de los hermanos", añade. Algunos testimonios del estudio hablan incluso de casos conocidos de "esterilizaciones forzadas", de cómo de pequeñas se descuida su forma de vestir mientras la ropa bonita es para las hermanas y de cómo las tratan como niñas.

De hecho, una de sus grandes quejas es que se piensa que son "seres asexuados", cuando entre el 55% y el 68% de las encuestadas (según su grado) se declaran sexualmente activas. "Con la discapacidad no se acaba el sexo, pero tienes que aprender de nuevo", "Después de lo que me pasó mi actitud acerca de la sexualidad cambió, ni siquiera pensaba que tendría que seguir yendo al ginecólogo pero te das cuenta de que mantienes relaciones aunque al resto de la gente le parezca raro", relatan algunos testimonios. Hasta hace año y medio no había consultas ginecológicas ni mamógrafos adaptados en el SAS, por lo que el 69% nunca ha ido a una revisión. En el ámbito sanitario en general, un 87% ha visto alguna vez vulnerada su intimidad. "Vas al hospital y no corren las cortinas porque total, tienes una descapacidad y da igual si te ven desnuda", relata una encuestada.

Junto al Autodiagnóstico se presentó una Guía M de mejora de la autovaloración, porque aunque un 79% tiene una percepción positiva de sí misma, la relación con su cuerpo no siempre es fácil, sobre todo si la discapacidad es física.

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