El testigo fue citado ayer por el Juzgado de Instrucción número 1, pero no pudo identificar al detenido por el apuñalamiento como el autor. Según las mismas fuentes, en su declaración, que ha durado unos quince minutos, ha explicado que la víctima se le cayó encima y que le vio manchas de sangre, pero en ningún momento pudo observar cómo ocurrieron los hechos ni quién le asestó la puñalada al joven de 23 años. De hecho, en una posterior rueda de reconocimiento no ha sido capaz de identificar al adulto imputado por homicidio.
Tras esta prueba practicada ayer, el abogado del imputado, José Manuel Rosendo, ha explicado que en los próximos días va a solicitar la libertad provisional del Óscar Riquelme, un albañil de 32 años en paro y natural de la localidad de San Juan de Aznalfarache. Éste se encuentra en prisión provisional desde el pasado 11 de abril como autor de un delito de homicidio. Asimismo, ayer también declararon otros cuatro testigos en los juzgados de Menores, ya que en el caso hay detenido un menor de edad, que también se encuentra en un centro también por homicidio.
Justo ayer se cumplió un mes del crimen, que ocurrió sobre las 21.00 horas del 25 de marzo. Al parecer, todo comenzó por una discusión previa en la que un grupo habría provocado daños al coche de un joven. Tras esto, supuestamente, el detenido se dirigió hacia Francisco José Guerrero y le asestó una puñalada en el corazón sin mediar palabra. El chico, que era natural de Ibiza aunque vivía con su madre en La Puebla de Cazalla, había ido a la botellona con sus primos. Sus amigos fueron los que le sacaron del Charco de la Pava hasta que una UVI móvil le atendió, sin poder hacer nada por su vida.
En su declaración judicial, Óscar Riquelme negó el crimen, asegurando que estaba en el lugar, pero que ayudó a los amigos de la víctima a introducirla en el coche. Él y el menor se conocían de vista, según dijo, del barrio en San Juan.