El tomate de Los Palacios y Villafranca, producto estrella de sus campos celebrado por todos los paladares, ha encontrado el apoyo del Ayuntamiento para conseguir la denominación de origen. Y después de cuatro siglos de cultivo, el bombón colorao llegará a los mercados de la UE.
La primera medida del Ayuntamiento ha sido promocionarlo en una campaña permanente e incluso hacerlo protagonista de citas importantes en la comarca como la feria agroganadera o la de la tapa. La variedad más característica del tomate palaciego es la conocida como genaro.
En este sentido, ha presentado a las principales cooperativas agrícolas de Los Palacios y Villafranca (Las Nieves, Parque Norte y Frupal) estudios históricos y técnicos del tomate que se han elaborado en los últimos meses para solicitar a las administraciones públicas la denominación de origen, lo que garantizaría una protección de marca y una calidad reconocible en cualquier mercado. Ahora se venden como tomares de Los Palacios y Villafranca productos que en realidad pueden provenir de otros puntos de España o incluso del extranjero.
El estudio histórico indaga en documentos del Archivo de Indias de Sevilla, que demuestran que la zona palaciega cultiva este tomate desde el siglo XVII, así como en visitas a mercados de varias provincias españolas que respaldan el prestigio del producto. El análisis técnico, realizado por una empresa privada, se centra en la caracterización físico-química sensorial del tomate producido en la campiña de este pueblo del Bajo Guadalquivir.
Ahora los productores recabarán datos sobre la producción anual, la superficie de siembra y el número de agricultores. También están previstas nuevas reuniones con otras cooperativas y agricultores de la zona para implicarlos en el proyecto.
A punto de concluir el informe jurídico definitivo, del que se encarga el funcionario municipal Juan José Picossi, el Consistorio espera entregar este mes toda la documentación en la Consejería de Agricultura. Según el coordinador el proyecto, Manuel Curao, "así comienzan los trámites legales de un proceso que, una vez respaldado por la Junta, debe pasar por el Ministerio de Agricultura y ser refrendado finalmente por la UE", por lo que la aprobación final puede dilatarse "durante años".
Según Curao, todo indica que este cultivo cumple los requisitos: es un producto cuya calidad se debe al medio geográfico con sus factores naturales y humanos, y cuya producción, transformación y elaboración se realiza en la misma zona.
