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Un trabajo como una catedral

Los veinte alumnos de la Escuela Taller 'Catedral', de la Fundación Forja XXI, trabajarán durante un año y medio en dicho templo para reponer sus vidrieras y parte de sus canterías y pilares. Toda una aventura para estos jóvenes desempleados que van a conocer tan impresionante edificio como pocos lo han hecho.

el 16 sep 2009 / 06:36 h.

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Con dedicación y cuidado, Juanchu y Javier suben al andamio la vidriera que, con todos sus compañeros, han hecho. Arriba los espera Juan, el monitor, que con manos experta enseña a los más jóvenes cómo terminar el trabajo. "Por fin las vemos puestas, parece mentira", dice una entusiasmada Carmen mirando a sus compañeros. Cuando terminan, el aplauso de todos. Es la segunda vidriera que ponen en la Sala de las Trazas de la Catedral de Sevilla. Y aún les quedan unas cuantas. Es el primer contacto de estos jóvenes con las paredes de la seo sevillana; y de momento, todo marcha sobre ruedas. "Para ser el primer día no está nada mal, tiempo tendrán para perfeccionarlo", apunta el monitor en medio de un breve descanso. Durante un año y medio, los alumnos de la Escuela Taller Catedral de Forja XXI repondrán 156 vidrieras del templo. Se han formado durante seis meses para ello y ahora les toca poner en práctica lo aprendido. En septiembre comenzará el reto. "Estábamos deseando ver el resultado de tanto trabajo", apunta Rocío.

Para muchos de estos chicos es su primer contacto con el mundo laboral; para otros es la oportunidad de trabajar en lo que les gusta y, para todos se trata de una experiencia única. Estos jóvenes han cambiado el barrio de Palmete -donde se han formado- por la misma Catedral de Sevilla. Y no son los únicos. En unos días se les unirán sus compañeros de cantería. También formados durante seis meses en la Escuela Taller, estos chicos comenzarán por catalogar las piezas y seguirán por la restauración del ventanal gótico de San Laureano.

Con soltura, Fernando ve lejanos sus inicios como aprendiz de artesano. "Aunque al principio fue difícil, le hemos cogido el tranquillo". Eso sí, confiesa que, de momento, el trabajo han de hacerlo entre todos los compañeros. "Solos tardaríamos muchísimo. Quizás cuando terminemos el contrato sí hayamos aprendido lo suficiente".

De hecho, para algunos esta oportunidad que les brindan Forja XXI y la Consejería de Empleo -que financia el programa- es una puerta para montar su propio negocio. "Somos unos privilegiados por haber podido participar en el curso, aprender, sacarnos el graduado los que no lo teníamos y tener un trabajo en la Catedral, algo con lo que nunca habíamos soñado". Por eso, no dudan de que van a aprovechar cada segundo. Ni el calor ni el cansancio pueden con ellos. "Venga, vamos a por otra". El descanso ha terminado.

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