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Un trasplante para la historia

«Se producirán episodios de rechazo, esto no ha hecho más que comenzar»

el 29 ene 2010 / 11:35 h.

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Tomás Gómez Cía acababa de cenar. El responsable de la Unidad de Cirugía Plástica y Grandes Quemados del hospital Virgen del Rocío había llegado a casa poco antes tras un día más de trabajo en el hospital.

Fue entonces cuando recibió la llamada: la Organización Nacional de Trasplante le comunicó que había un donante de rostro y a partir de ahí todo se desató. Desde que él activó la alerta por trasplante, poco antes de las nueve de la noche de ese lunes, hasta que concluyó el segundo injerto de cara de España y noveno en el mundo a las cuatro de la madrugada del lunes pasaron 31 horas de vértigo que pusieron a prueba todo lo que el equipo médico había estado preparando desde octubre de 2008.

Ayer, tres días después de la operación los médicos aseguraron que el paciente, que se encuentra ingresado en la UCI, evoluciona favorablemente. "El jueves pudo sentarse en un sillón. Puede hablar. Tiene apósitos pero no la cara vendada, aunque aún no ha visto su rostro en un espejo", detalló Gómez Cía. El reto para los médicos a partir de ahora será ir afrontando los episodios de rechazo, "que se producirán con mucha probabilidad", admite el cirujano.

El pronóstico apunta a que "aún permanecerá ingresado varias semanas y en diez o doce meses comenzará a recuperar la sensibilidad y movilidad de los músculos de la cara", dijo David González Padilla, cirujano maxilofacial y miembro del equipo de 23 personas que realizó la operación.

En ésta se emplearon dos técnicas inéditas: un sistema de realidad virtual para recrear el trasplante, por un lado, y, por otro, la conexión del rostro donado a la ingle del paciente durante los momentos iniciales de la operación para que no se quedara sin riego sanguíneo.

"Menos mal que había comido", aseguró ayer Gómez Cía. Porque tras la llamada que lo devolvió al hospital le esperaban 30 horas seguidas sin salir del quirófano. Desde que el equipo se puso en guardia permanente a la espera de una donación de rostro cuatro meses antes, el 21 de septiembre del año pasado, han recibido dos llamadas cada mes alertando de una donación facial.

"Sin embargo, tras los estudios iniciales todos fueron descartados", apuntó Gómez Cía. No eran compatibles por su geometría -color y textura de la piel, tamaño de la cara- con el paciente. Pero la alerta de la noche del lunes era la esperada...

Cómo vivió el paciente y la familia los momentos previos a la operación se desconoce, puesto que los médicos se limitaron a los detalles técnicos de la operación y a salvaguardar la intimidad del trasplantado y su entorno.

Gómez Cía sí contó "que están todos muy contentos y esto para el equipo es una enorme recompensa". Como muestra del estado de ánimo del paciente, el cirujano relató cómo éste el jueves por la tarde "se puso muy contento cuando le dijeron que el Sevilla había perdido contra el Deportivo en su partido de Copa del Rey... es que es bético", apuntó entre risas.

El paciente, que está ingresado en la UCI de Trasplantes, recibe una elevada medicación inmunosupresora para evitar que su organismo rechace el rostro que le ha sido injertado. En unas semanas, previsiblemente, estará listo para pasar a planta.

Aunque aún queda un largo camino para el trasplantado, tanto él como el equipo médico han superado con éxito las primeras horas tras la operación, de la que apenas existen ocho precedentes en el mundo.

"Esto hace que haya que planificarlo todo porque, ante tan pocos casos, nunca se sabe qué puede pasar ni en qué momento. Es imposible con tan escasas operaciones efectuadas hacer ninguna generalización, así que hay que tenerlo todo delimitado al detalle y tener planificada una respuesta para cada adversidad, puesto que se trata de una operación muy compleja y de una duración sumamente extensa", abundó Gómez Cía.

Uno de los momentos clave fue cuando los médicos tuvieron que unir los dos nervios faciales y los cuatro nervios sensitivos del rostro donado al paciente.

"Esto requiere fijar también el tejido a la estructura ósea y colocar en posición natural las glándulas salivares y sus conductos, para que lleguen hasta la cavidad bucal y puedan cumplir con su función", detalló González Padilla, quien augura que en unos diez o doce meses el paciente tendrá sensibilidad y movilidad en el rostro. Será entonces cuando pueda sentir una caricia y mover los labios para beber, besar o sonreír.

Aunque esto último, sin embargo, es fácil imaginar que ya lo esté haciendo.

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