Aún hay romeros en los caminos. Triana no está en El Rocío y Villamanrique está llegando a Matagorda, donde hará noche. La casa hermandad de Carrión está cerrada a cal y canto. Sus hermanos todavía no han alcanzado el Ajolí. Sin embargo, por la megafonía de la aldea ya se escuchan los primeros vivas a la Blanca Paloma y las primeras instrucciones a las hermandades que se disponen a presentarse a la Blanca Paloma. La mayoría vienen directamente de los caminos, con caras de cansancio y con las vivencias tan frescas como las lágrimas que empañan sus rostros al sentir la brisa de la marisma.
Bajo la concha blanca del santuario sopla un viento más bien un vendaval que pone a prueba la solidez de los espigados estandartes que se disponen en la puerta. Esto parece invierno, con tanto frío, se escucha tras la valla que delimita el paso de las carretas y en las que se encuentra un público justo. La primera, Chiclana de la Frontera, se acerca a la explanada a las seis de la tarde. Este nuevo modelo de presentaciones el viernes por la tarde comienza con una puntualidad más suiza que rociera.
El desfile de comitivas se desarrolla con bastante fluidez. A ello ayudan las reducidas dimensiones de estos peregrinos noveles. De la treintena de hermandades, ocho son sevillanas. Entre ellas, Tomares, cuyo hermano mayor, José Alberto Rodríguez, destaca la singularidad del nuevo acto: Es diferente. Estamos acostumbrados al sábado, pero agradecemos que tengamos esta luz de la tarde para saludar a la Virgen.
También están contentos los romeros de la Macarena, pese a que comenzaron su jornada bien temprano. A las siete de la mañana se pusieron en marcha desde el Pozo Máquina, al inicio de la Raya Real a la que volvían este año tras la prueba del año pasado por el camino de Hinojos. Después de trece horas por las arenas, a las ocho de la tarde, se encontraban a unos metros de la Reina de las Marismas, desembocando por la calle de las Carretas. Pese al cansancio propio del esfuerzo, todo era alegría y emoción al sentirse cerca de Ella. Ha sido un reto bastante fuerte, pero ha merecido la pena. El saludo ha sido impresionante, reconoce una emocionada Gema, que destaca además otro beneficio de esta versión:Hemos vuelto a nuestros orígenes, al primer camino, a hacerlo todo en tres días. Quizás por ello, Antonio Neira, hermano mayor del Rocío Macareno, no duda en entrar en la ermita, con vara dorada incluida, para darle gracias a la Blanca Paloma en un diálogo más personal y directo, lejos del bullicio de los cientos de romeros que van cantando tras la carreta de plata que el miércoles salió desde la iglesia de San Gil.
También la hermandad Matriz de Almonte se muestra. Desde la junta de gobierno se destaca el añadido que se le ha dado a las filiales más modernas: Se les ha favorecido, pues ahora vienen directamente del camino y no tras pernoctar antes en la aldea. Una opinión que también suscriben en la hermandad de Tomares: Hemos retrasado un poco nuestra entrada por el Ajolí para llegar sin descansar. Me ha gustado mucho, se sincera el hermano mayor, Carlos Martínez, mientras se dirige a descansar tras haber cumplido otro año.
El único incidente lo protagoniza la hermandad de Priego, que, pese a estar en la aldea, no llega a su hora y tiene que pasar la última, tras Mairena del Alcor. Son las 20.20 horas cuando llegan las primeras felicitaciones a la Matriz:Enhorabuena, pues ha cumplido con los horarios, señala el hermano mayor de la filial mairenera con la que se pone punto y final a esta primera parte de las presentaciones que contra viento y marea entonan las voces más jóvenes de la romería. Frente a ellas, las más antiguas siguen hoy sus pasos, como siempre, desde el mediodía.
