La Casa de Pilatos es uno de los centros artísticos más relevantes de España, un conjunto palaciego que fusiona varios estilos arquitectónicos, como el mudéjar o el gótico, con los nuevos aires renacentistas e italianos, y que además atesora una de las colecciones de artes decorativas -esculturas, pinturas y mobiliario- más significativas de la ciudad. Pero la historia musical de este edificio, menos conocida que la patrimonial, cobra estos días relevancia gracias a una iniciativa de la empresa Engranajes Culturales, un recorrido lírico, de una hora de duración, que se adentra en el pasado del inmueble a través del oído y de la tradición sonora del siglo XVI al XVIII.
Estas visitas descubren al público los orígenes de la Casa de Pilatos, intercalando en sus estancias la explicación de aspectos artísticos con inesperados romances y leyendas, todo ello acompañado por piezas musicales interpretadas en directo por el dúo renacentista y barroco Dolce Rima, cuyas componentes actúan ataviadas con vestimentas de época en todo momento.
El recorrido arranca narrando la génesis de este conjunto palaciego, que fue iniciado a finales del siglo XV por Pedro Enríquez de Quiñones y su esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. Sobre solares confiscados por la Inquisición, se comenzó esta construcción, que posteriormente fue completada por su hijo Fadrique Enríquez de Ribera y su nieto Per Afán de Ribera, que además de culminar los edificios, los decoraron al gusto renacentista e italiano.
Pero esta iniciativa pretende sobre todo redescubrir la Casa de Pilatos como un figura clave en los inicios de la música española. No en vano, en el pasado custodió el Cancionero de Medinaceli -actualmente depositado en Mallorca-, un manuscrito que compilaba las polifonías profanas y renacentistas más importantes del país.
Por ello, en la Capilla de la flagelación, único testimonio del palacio gótico mudéjar primitivo, y la parte más antigua del complejo, principia nuestra ruta musical. Aquí, además de conocer la historia de la estancia, la música religiosa ayuda a recuperar la verdadera función del lugar, mediante la interpretación de la pieza Mariam Matrem, Llivre Vermell de Montserrat.
Posteriormente se narra cómo Fadrique Enríquez de Ribera, sobre el edificio acometido por sus padres, emprendió la primera gran transformación del palacio, ampliando el patio de la casa original, ornamentándolo con mármoles y esculturas que trajo de Italia. Aquí empieza a perfilarse el estilo italiano que va adquiriendo el complejo monumental, una de las pocas muestras de esta arquitectura que puede admirarse en Sevilla. Cuatro esculturas originales de diosas romanas consagradas a la Guerra, la Paz, la Fortuna y al Placer guardan este patio, en cuyo centro emerge una fuente rematada con la doble cara del Jano, dios de las puertas, los comienzos y los finales, que teóricamente aporta buena suerte.
El viaje salta del gótico de la capilla y del patio reformado a las estancias internas de la planta baja, que reflejan el gusto por el coleccionismo renacentista. Así, la interpretación de piezas de Monteverdi acompaña a la colección de arte romano del I Duque de Alcalá. Esculturas, fuentes y jardines que evocan un mundo clásico de amor, de sueño y de ninfas con la pieza Lamento Della Ninfa, uno de los más célebres madrigales del compositor italiano Claudio Monteverdi.
Esta parte ajardinada se encuentra en la zona del conjunto obra de Per Afán de Ribera, que decidió construir otro palacio anexo al que ya existía y reformó Fadrique Enríquez. Lo levantó más al gusto italiano porque consideraba que el anterior no era el más adecuado para la colección de arte que estuvo reuniendo durante su estancia en Italia. Por ello, erige un nuevo complejo renacentista, en cuyo centro situó un jardín arqueológico, con esculturas y bustos procedentes de Nápoles. Unas 40 piezas de distintos militares y emperadores romanos.
Es aquí donde se desvela una de las más llamativas leyendas de este recorrido, la que cuenta cómo Per Afán trajo desde Italia un tarro con las cenizas de Trajano, y cómo un sirviente, mientras lo transportaba, las derramó accidentalmente en este jardín, reposando para siempre en este lugar los restos del emperador sevillano.
En este oasis de vegetación y mármol renacentista surge por sorpresa una de las más hermosas arias de tema amoroso de fondo, compuesta por Händel. Es el aria del comienzo de la ópera, conocida como El largo de Händel.
La familia Medinaceli fue la primera de España que ejerció activamente el mecenazgo cultural, sirviendo de entrada a los pensamientos humanistas y a las novedades musicales del Renacimiento. Varias piezas barrocas de Gaspar Sanz, de Marini y de Händel acompañan al visitante hasta las estancias de la planta alta de este último palacio, obra de Per Afán de Ribera. Aquí se incide en la importancia de la Casa de Pilatos en el desarrollo de las nuevas corrientes intelectuales en la ciudad, analizando el círculo humanista que aquí se reunió. Tras recorrer las galerías superiores y contemplar los frescos murales, que encarnan a escritores míticos como Virgilio u Homero, llegamos a la Habitación de Hércules.
Aquí una nueva muestra de esculturas nos revela historias como la de Antinoo, sobrino de Trajano y joven amante del emperador Adriano -procedente de Itálica-, que tras morir ahogado en un río a temprana edad, fue deificado por el emperador, para que su amor fuera eterno.
En la misma estancia nos deslumbra la techumbre, forrada con lienzos de Pacheco, empleados para decorar a modo de frescos. Sólo hay tres ejemplos de esta ornamentación en Sevilla, y están en esta casa, en el Palacio Arzobispal y en el de Monsalves. Curiosamente, en la época, los dueños de las tres residencias se conocían y compartían el gusto por esta decoración. El viaje concluye en el patio principal, donde una última interpretación de una pieza renacentista pone fin a una visita que reivindica la música como pilar fundamental de la Casa de Pilatos, y al oído, como nuevo canal a través del que conocer el patrimonio.
Fechas de las próximas visitas musicales: 16 y 22 de marzo, a las 17.00 horas.
Número de asistentes: 30 personas por día.
Duración: 60 minutos aproximadamente.
Precio: 16 euros.
Venta de entradas: www.engranajesculturales.com y en la oficina de Engranajes Culturales: C/ Habana, 17 Pta Izd, (Casa de la Moneda) Sevilla. También en la taquilla de Casa Pilatos, en la Plaza de Pilatos.
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