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Una abrupta vuelta a casa

Carmen Gutiérrez de la Cueva se levantó el pasado viernes a las 5.00 de la mañana para ir a clase en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde hasta hace pocos días cursaba una beca de estudios. Pero cuando llegó a la facultad dos horas después el edificio estaba cerrado y la gente que encontró por el camino llevaba mascarilla

el 16 sep 2009 / 02:03 h.

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Carmen Gutiérrez de la Cueva se levantó el pasado viernes a las 5.00 de la mañana para ir a clase en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde hasta hace pocos días cursaba una beca de estudios. Pero cuando llegó a la facultad dos horas después el edificio estaba cerrado y la gente que encontró por el camino llevaba mascarilla.

El jueves por la noche, mientras ella dormía, el secretario de Salud de México había anunciado por televisión que la universidad había sido clausurada temporalmente y las clases suspendidas por el alto riesgo de contagio de la nueva gripe.

"Me volví a casa con cierta paranoia pensando que era una situación demasiado ridícula" relata esta sevillana de Alcalá del Río. Carmen tiene 23 años y cursa el último curso de Periodismo en la Universidad Hispalense de Sevilla. Tenía previsto quedarse en México D.F. hasta julio, pero la preocupación de su familia y el riesgo de que cerraran la frontera la trajeron el martes de vuelta a España.

La Universidad de Sevilla le facilitó dinero para el billete, pero Carmen se queja de que es la única ayuda que ha recibido. Cuando se percató de las dimensiones del riesgo llamó a la Embajada española y no consiguió hablar más que con los guardias de seguridad. "Yo creo que tienen diferenciadas las llamadas y contestan a las de España y no a las de México", explica.

Así, cuando el alcalde de su localidad, Juan Carlos Velasco, logró, "a la primera", contactar con la Embajada, desde la oficina la llamaron para no darle ninguna pauta ni consejo. "Somos enfermos potenciales y no interesa que nos vengamos", sostiene, para explicar después que ha salido y ha entrado de México sin que nadie le preguntara si tenía síntomas.

Sobre el ambiente en el país, Carmen cuenta que la televisión emite cada dos días una conferencia del secretario de Salud y dos partes informativos diarios. "Evitar salir a la calle a no ser que sea necesario, llevar mascarilla, lavarse las manos continuamente, no dar besos ni abrazos o mantener limpios los picaportes de las puertas" son algunas de las recomendaciones. Y, aunque los cubrebocas y los termómetros digitales se han agotado en las farmacias, "la gente no parece asustada".

Debajo de la casa de Carmen, "a tres calles del Estadio Azteca", un barrio con puestos callejeros de comida preparada, nadie lleva mascarilla. Según la sevillana, "piensan que es una maniobra del Gobierno para tapar la crisis o de EEUU para cerrar las fronteras a causa del narcotráfico y la inmigración ilegal".

Sobre la información que acerca de la gripe llega a España, Carmen insta a solidarizarse con México, donde la epidemia está causando estragos. "Sólo veo gente que viene de pasárselo bien en la Riviera maya, donde no tienen contacto son la realidad, y me parece frívolo", concluye.

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