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Una agonía mortal por adelgazar

"Fue a operarse para estar mejor y está muerta, después de una agonía de cinco meses". Indignado relataba Manuel Salazar la muerte de su hermana tras someterse a una liposucción. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 02:42 h.

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"Fue a operarse para estar mejor y ahora está muerta, después de una agonía de cinco meses". Indignado relataba ayer Manuel Salazar la muerte el martes de su hermana tras someterse en noviembre a una liposucción en la clínica malagueña Doctor Pascual, denunciada por la familia. La operación costó 8.500 euros y no salió como se esperaba.

La paciente, M. E. Salazar, de 44 años, natural de Ceuta y madre de dos menores, viajó a Málaga en noviembre para someterse a una operación de extracción de grasa y a una reducción de pecho. Fue ingresada en el Hospital Doctor Pascual, donde le realizaron la intervención quirúrgica, que según su familia le costó 8.500 euros. Pero la paciente no se recuperó como se esperaba e incluso tuvo que entrar en quirófano en dos ocasiones más, una de ellas para una reducción de intestino.

El hermano relató que en el centro hospitalario le dijeron que "tenía que irse, a pesar de que se sentía bastante mal", incluso "le insinuaron que le saldría más barato ir a un hotel que quedarse ingresada". Desde entonces la víctima sufrió "un auténtico calvario" con mejorías y empeoramientos continuos.

Salazar relató que "acumuló líquido en el intestino y tuvo que ser operada de urgencia, el 5 de diciembre, para extirparle los intestinos y sólo le dejaron 60 centímetros".

Finalmente fue dada de alta y regresó a Ceuta, pero el 20 de marzo tuvo que ser trasladada de nuevo al hospital Carlos Haya de Málaga, al empeorar su estado, "tras lo cual se recuperó al aplicarle hemodiálisis, pero el día 1 de abril falleció". Los médicos "no han podido determinar el motivo exacto de su muerte", según indicó su hermano.

Ante esta situación, los familiares decidieron presentar una denuncia ante el Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga "por si hubiera existido un error médico". El tribunal ha admitido a trámite la reclamación y ha abierto diligencias.

Para Salazar, hay que "esclarecer todas las cosas extrañas que han sucedido" y saber "si hubo o no negligencias o mala praxis". Añadió que la clínica privada donde fue operada no se ha puesto en contacto con ellos ni se ha ofrecido a devolver el importe de 8.500 euros que costó la intervención quirúrgica.

"El consentimiento informado que se firma antes de cualquier operación no es una patente de corso para que pueda pasar cualquier cosa", apuntó el hermano de la víctima. La familia pide a la ciudadanía "empatía" con el caso. "Estamos en el país de que a mí no me toque, porque hasta que no te toque no hacemos nada", sostuvo el denunciante.

Todavía no se hace a la idea de que su hermana haya fallecido. "Yo veo las cornadas de los toreros, que se le salen las tripas, y las puñaladas e inmediatamente salen a la calle, pueden vivir, y no entiendo cómo un pinchacito, que es lo que nos dijeron al principio que no llegaba ni a perforación, se traduce en una agonía de cinco meses que no se los deseamos ni al peor de los mortales", lamentó Manuel Salazar.

Ninguno de los dos hospitales malagueños donde fue atendida la paciente han facilitado información sobre este suceso.

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