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Una app contra el ruido de la movida

Los vecinos de la Alfalfa se valen de una app, ‘NoiseWatch’, para controlar el nivel de decibelios que sufren los fines de semana

el 19 oct 2014 / 12:00 h.

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Los vecinos de la Alfalfa siguen sufriendo las consecuencias de los botellones que cada fin de semana llenan sus calles de gente, basura y ruido. Por ello, han decidido controlar esto último valiéndose de los recursos que la tecnología pone a su alcance. Las botellonas siguen sin dejar dormir a los vecinos de la Alfalfa. / Foto: El Correo Las botellonas siguen sin dejar dormir a los vecinos de la Alfalfa. / Foto: El Correo Se trata de una aplicación, NoiseWatch (iOS - Android), desarrollada por la Agencia Ambiental Europea (EEA) que envía datos del ruido producido a nuestro alrededor. La app mide la contaminación acústica con el móvil, registra el ruido en decibelios a través de su micro y lo envía a la web de datos y mapas ambientales de la EPA, Eye on Earth. De esta manera, los vecinos graban los ruidos que les impiden conciliar el sueño y NoiseWatch les indica los decibelios que hay en el momento y los que debería haber en este barrio que ya cuenta, junto con otros como el Arenal, con el reconocimiento de Zona Acústicamente Saturada. Además, a través de la app (disponible en disponible en iOS, Android y Windows Phone), la Agencia Ambiental Europea está realizando un mapa de la contaminación acústica que se registra en el continente donde España es el país más infractor. Estas mediciones son una de las múltiples medidas que han adoptado los vecinos del barrio ante una situación que consideran «insostenible». La representante de la Plataforma Alfalfa Degradada, Silvia de Carrión, asegura que el dispositivo policial facilitado por el Ayuntamiento no está solucionando el problema del barrio. «La presencia policial se produce a una hora errónea», según la portavoz, «vienen a las 21.00 horas cuando aún no hay demasiada gente y lo que hace más bien es perjudicar a los hosteleros de la zona puesto que pueden perder clientes». El despliegue, anunciado por el Consistorio hace diez días, consistía no solo en la vigilancia de los botellones en la calle sino también en el control del cumplimiento estricto de los horarios de cierre de los bares si bien, asegura Silvia de Carrión, «la masificación sigue perturbando el descanso». De hecho, en la noche del pasado viernes «algunos vecinos tuvieron que bajar a la calle para intentar dispersar a los jóvenes ante la imposibilidad de dormir», afirma. «La Policía nos asegura que no puede hacer nada más que disuadir a los jóvenes» cuando, recuerda la portavoz de Alfalfa Degradada, «se está incumpliendo la Ordenanza contra la Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones en la que se registran una serie de actuaciones y sanciones cuando se producen estas situaciones en Zonas Acústicamente Saturadas». «Los vecinos merecemos poder descansar como el resto de los sevillanos», reclama la representante vecinal quien recuerda que «nadie puede estar por encima de la Ley». «Lo que necesitamos es que venga un técnico en medioambiente para que haga una medición del ruido que sufrimos», puntualiza. «Nos encontramos ante una serie de burocracia para poder solucionar un problema tan básico como que no se respeta nuestro derecho al descanso, algo que debería prevalecer y ser tenido en cuenta». Además, apunta Silvia de Carrión, entre los jóvenes que se concentran en las calles de la Alfalfa los fines de semana, «se ven muchos vasos de cristal» por lo que, apunta, se estaría «incumpliendo también la Ley Antibotellón». Frente común. Los vecinos, conscientes de que esta lucha es larga y que es mejor ir todos a una, han decidido agruparse para emprender acciones conjuntas. Por ello, el próximo martes tienen prevista una reunión entre residentes, comerciantes, hoteleros y hosteleros de la zona para hacer un frente común ante esta situación que necesita de un plan integral. Y es que el ruido no es la única consecuencia de estas aglomeraciones, sino que en la zona se encuentran en sus bloques con restos tan desagradables como orines e incluso «heces humanas» puesto que las calles de los alrededores se convierten en urinarios. Igualmente, denuncian desde la Plataforma Alfalfa Degradada que los botellones generan «una importante cantidad de residuos» que afecta tanto a la imagen del barrio como a los comercios y bares que se encuentran cada mañana con sus locales llenos de bolsas, botellas y otros desperdicios. Además, el lunes tendrá lugar la segunda reunión de la mesa de seguimiento creada hace dos semanas por el Ayuntamiento para escuchar a los vecinos de la Alfalfa a través de esta plataforma y buscar soluciones a este problema.

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