El juego consta de un plato llano, otro hondo y un tazón. La decoración de la vajilla depende de la ilusión de cada niño, pues unos disfrutan viendo aparecer su nombre en letras arabescas conforme queda menos en el plato y otros prefieren encontrarse con su ídolo de los dibujos animados o uno de los animalitos que crea esta pintora. Mercedes pinta lo que le pidan y las mamás lo agradecen corriendo la voz. No en vano, lo que empezó hace menos de un año como un regalo de Mercedes para la niña de una amiga se ha convertido ya en un presente recurrente en esta localidad. Los motivos de las ilustraciones varían, pero la eficacia en la alimentación es siempre un éxito, según corroboran todas aquellas mamás que han comprado la célebre vajilla. Hasta ahora, se han vendido a 35 euros.
A través de esto también ha llegado a la cerámica en general. Es tan demandada que tiene encargos de azulejería y murales incluso fuera del pueblo. Una de sus últimas predilecciones son los murales de santos y vírgenes, como el de Nuestra Señora de las Nieves, que expone desde el día 5 en la Plaza de España.