El incidente más grave y que fue denunciado a la Guardia Civil se produjo la madrugada del pasado 25 de noviembre. Los operarios de esta obra habían trasladado las cajas de todo el material para el ensamblaje e izado de una torre de alta tensión, un proceso que según los empleados requiere de varios días. Esas cajas estaban llenas de piezas de acero galvanizado con un peso aproximado de nueve toneladas, pero al día siguiente, vieron que estaban vacías. Los ladrones dejaron como única prueba de su presencia una nevera, que deducen que abandonaron allí porque no les cabría tan pesado cargamento. Ese hecho fue denunciado días después a la Guardia Civil, elevando el importe de lo sustraído a unos 10.000 euros.
Pero le siguió otro robo poco después y más llamativo, ya que los ladrones optaron esta vez por llevarse el acero de una torreta que ya estaba armada, aunque tumbada en el suelo pendiente de echar el hormigón e izarla. Esta banda aprovechó nuevamente la noche para desmontar pieza por pieza la estructura. Cuando los obreros se dieron cuenta de ello, ya por la mañana, se habían llevado más de un centenar de tubos de acero, con un peso cercano a las dos toneladas.
La Guardia Civil de Lebrija ya se ha hecho cargo de un caso que recuerda a otros robos que se han producido en polígonos y obras, aunque con cables de cobre, un producto sensiblemente más caro que el acero o el hierro, que es el material que se utiliza para construir las torres de alta tensión.
La obra afectada corresponde al proyecto de evacuación de las plantas de energía solar termoeléctrica de Lebrija que están construyendo Valoriza Energía (Sacyr Vallehermoso) y Solel. Las tres previstas tendrán una potencia conjunta de 150 megavatios. En el caso de la nueva línea eléctrica, tendrá una tensión de servicio de 220 kilovoltios y transportará una potencia máxima de 540 megavatios. La longitud total de la instalación es de unos 40 kilómetros desde el municipio de Lebrija hasta El Puerto de Santa María. En ese camino se levantarán 159 torretas.
