A la tercera se produjo el consenso. La III Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla abrió ayer oficialmente sus puertas con una inauguración a cargo de la consejera de Cultura, Rosa Torres, y una sensación que, alejada de la controversia de sus anteriores ediciones, logró el beneplácito de los invitados. "Al fin una Bienal para todos los públicos".
Los organizadores de la Bienal han apostado en esta edición por llegar a todos los públicos y, en efecto, ayer por la mañana, tras los discursos oficiales, las opiniones de los primeros espectadores de esta exposición eran unánimes. Una Bienal de Arte que parece gustar a todos. "Algo debe estar fallando", bromeaban algunos, mientras se veía a varios niños disfrutando con las obras de arte distribuidas tanto en los interiores como en los exteriores de la Cartuja, que albergará esta exposición hasta el 11 de enero próximo y que dedica este fin de semana a sus jornadas de puertas abiertas.
Primados los aspectos lúdicos y tecnológicamente más desarrollados del arte, la exposición muestra piezas como un gran tiovivo del que cuelgan docenas de monociclos que penden a distinta altura, que se mueven mecánicamente y que, una vez en la sala, no dejan escuchar otra cosa que sus propios mecanismos, ya que están en permanente movimiento.
Otra de las obras que dejan boquiabierto al visitante es una especie de pecera llena de agua en la que flota verticalmente la reproducción de un brazo humano, cuya mano sostiene un lápiz apuntando hacia abajo de tal modo que, en su movimiento constante por la pecera, el lápiz va trazando líneas y puntos en el papel que hay en el fondo. Hay, igualmente, piezas de altísimo valor poético, como los libros-algas sumergidos en un pequeño y oscuro océano; o el brazo mecánico que está escribiendo, con letra gótica y sobre un pergamino, la Biblia. Ayer comenzó por el Génesis, y seguirá hasta el Apocalipsis durante todo el transcurso de la Bienal.
Además de vídeos y fotografías, técnicas presentes en casi todos los certámenes de arte contemporáneo, las cámaras están muy representadas en esta muestra, unas enfocan al visitante que se acerca para accionar algún mecanismo o bien lo retratan para enviar su imagen a una pantalla de vídeo gigante, entre otras acciones. De este modo, es el visitante el que pone en marcha, a veces con su sola presencia, algunas de las obras, mientras que otras, sencillamente, han sido diseñadas para ser tocadas, muchas con resultados sorprendentes.
La Biacs3 se ha extendido por primera vez a la ciudad de Granada, donde hoy se presentará en el Palacio de Carlos V.