Después de colocarse las aletas, el tubo de oxígeno y las gafas, Pablo estuvo listo para sumergirse en el agua. Aunque alguna vez ha practicado natación, ayer en la piscina Los Alcores de Alcalá de Guadaíra -dice- descubrió un nuevo mundo. Y un espacio donde su discapacidad auditiva no significó ningún impedimento para iniciarse en los secretos del buceo.
Y es que una piscina puede ser, a veces, algo milagroso. Es lo que debieron pensar los 15 chicos con distintas discapacidades que participaron ayer en un bautismo de buceo pensado para ellos en la piscina Los Alcores. "El bautismo es apto para todos" explicó Antonio Márquez, instructor y presidente de la asociación organizadora, la ONG Oceánidas, que añadió: "Hemos bautizado desde niños hasta señoras mayores, que han disfrutado a tope, además de personas con minusvalías físicas".
Se trata de un cursos gratuitos organizados por la entidad en los que personas con discapacidades aprenden a moverse en el agua. De esta forma el medio acuático brindó a jóvenes, llegados desde Italia, Grecia y Sevilla verdaderos momentos de felicidad submarina. Ellos descubren todo un mundo de sensaciones y para los monitores es una experiencia "muy gratificante", explicó Antonio que acude a cada sesión acompañado por su hija Daniela, una pequeña de sólo cinco años que ya se maneja en el medio acuático como una verdadera sirenita. "La traigo siempre conmigo porque quiero que conozca otras realidades y que mejor manera que ésta", afirmó, al tiempo que indica a Irene, una joven sevillana con síndrome de Down, cómo debe colocarse el tubo de oxígeno.
Para Irene, buceadora primeriza, "ha sido como un sueño", y cuenta que piensa contárselo a todas sus amigas, sobre todo a las integrantes de su grupo de danza, ya que la joven pertenece a la asociación Danza Mobile.
La experiencia fue gratificante para todos, tanto que muchos no dudaron en asegurar que ya tienen ganas de hacer su próximo bautizo en el mar. Una ducha puso fin a la visita subacuática y todos sintieron que habían aprovechado el día al máximo, aunque sólo era la hora de comer.
