Ahora resulta que los Reyes Magos no son tres, sino ocho o diez personas humanas, que por mor del protagonismo, la vanidad e influencias, comparten carroza, trono, fotos, prensa y TVs, con sus Majestades. En menos de veinte años (pedazo de tradición por las cajilas) se han sacado de la manga con identidad y publicidad, (claro, como son Magos) a un Gran Visir, Mago de la Fantasía, Estrella de la Ilusión, Palas Ateneas y la milki que mamó, es decir, como si los Magos fueran toreros o generales, a una pandilla de subalternos que quieren ser (y los son) mas que beduinos, y un poquito menos que Reyes; son, acogiéndonos a un símil taurino, peones vestidos de plata que, a la chita callando, tratan de ser casi como el Maestro, pero de oro y con sus nombres en el cartel.
Ser Rey Mago en Sevilla, ojo sólo, sólo, sólo tres personas, hubiera sido lo normal, lo lógico, lo históricamente adecuado, y añadir a la noticia o actualidad y a la foto otros nombres y apellidos de un puñadito de mas-quisieran-ellos no me parece premio o gratificación a los mismos, sino agresión y menoscabo a sus Majestades. Si la Cabalgata tiene compromisos con señores/as/itas que trabajan, dan, se sacrifican y se vuelcan con la misma, que se les ponga de Gran Visir, Mago de la Fantasía, Estrella de la Ilusión, Palas Ateneas o lo que quieran, pero que NO salgan en la fotos, que el Ateneo lo lleva haciendo magníficamente bien desde hace muchísimos años para que tenga que recurrir a "reyesitos magos", que eso en el fondo es en lo que se han convertido.
José María Font Ortiz es abogado.
