A la calle Nueva le queda un año para ser centenaria. La avenida Miguel de Cervantes, la principal arteria comercial de Écija, cumplirá 99 años en septiembre. Pese a su longevidad, la avenida sigue motejada por los ecijanos como calle Nueva. La avenida fue inaugurada en la feria de septiembre de 1912. Es más, su apertura formaba parte del programa de la feria, “para lo cual se engalanó la calle con gallardetes y arcos cubiertos con bombillas”, según Marina Martín Ojeda, archivera municipal de Écija en su libro Los nombres de las calles de Écija.
La calle Nueva se empezó a construir a principios del siglo XX. Sin embargo, el proyecto para su apertura se inició casi un cuarto de siglo antes, en abril de 1876, siendo alcalde el marqués de Santaella. La idea, expuesta por el edil Francisco Rodríguez Chacón, era abrir una gran vía que permitiera comunicar la plaza mayor, el Salón, con la carretera general a Madrid, más tarde autovía y hoy bulevar José Silva. Era lograr una vía de entrada o de salida –según se vea– al corazón urbano de Écija, algo habitual en aquel siglo.
La finalización de las guerras carlistas sirvió para que el proyecto se titulara en principio avenida de la Paz. Rodríguez Chacón fue comisionado para presentar el proyecto de la nueva calle, que fue aprobado por el pleno más de un año después, en agosto de 1877, cuando él mismo era ya alcalde.
De inmediato se inició la expropiación de las fincas urbanas que había que derribar para abrir la nueva calle. Pero aún habrían de pasar más años para que se iniciaran las obras: el proceso de expropiaciones se paralizó en 1884 y se reinició ocho años más tarde, además de nuevas expropiaciones en los años 1895, 1899 y 1901.
Con el nuevo siglo empezado, la avenida en obras “que se conocía vulgarmente con el nombre de Nueva, voz aún hoy en uso”, la corporación decidió cambiarle el nombre por avenida Miguel de Cervantes. Así queda registrado en acta plenaria del 27 de febrero de 1905. ¿El motivo? La celebración del centenario de la edición de El Quijote y el deseo de reconocer a un autor “con controvertidas estancias en Écija en 1587 y 1589 en calidad de comisario de abastecimientos de la Real Armada”, dice Martín Ojeda. Hay quien apunta que su tarea ocasionó a Cervantes una estancia en la cárcel por expropiar para la Armada bienes de la Iglesia.
La avenida tenía nuevo nombre pero la obra no avanzaba. En 1909 tomó posesión de la Alcaldía Felipe Encinas y Jordán, “que aceleró el proceso de expropiaciones y obras, por lo que se inauguró en septiembre de 1912”, coincidiendo con la feria. Con su construcción, desaparecían otras tres: Melgar, Franco y Garcijerez. Su apertura supuso perforar ocho manzanas y el poder acceder al centro desde la carretera general. Lo que nadie ha logrado aún cambiar es la costumbre de llamar Nueva a una vía casi centenaria.
