La campaña de los partidos ha tenido toques atrevidos, y alguno comentarios han provocado gran revuelo, como las declaraciones del líder de ERC, Joan Puigcercós, en los primeros días de la campaña, al asegurar que en Andalucía no paga impuestos "ni Dios". Pero lo que ha dado que hablar estos días son los vídeos: las juventudes de CDC presentaron a España como un ladrón que roba a Cataluña, y las del PSC lograron una gran notoriedad presentando a Montilla como superhéroe y con un vídeo en que una joven tenía un orgasmo tras votar socialista. Más polémico fue la presentación del videojuego Alícia Croft, en la que la candidata del PP, Alicia Sánchez-Camacho, al más puro estilo de Angelina Jolie, iba a la caza y captura de inmigrantes ilegales e independentistas.
Y poco más, ya que los candidatos se han dedicado a machacar las mismas ideas. Así, el candidato de CiU, Artur Mas, ha repetido hasta la saciedad que quiere un gobierno fuerte, y ha insistido en su propuesta estrella, el concierto económico -iniciativa que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya ha dicho que es "imposible"-, en una campaña durante la cual ha recorrido las cuatro provincias catalanas pero ha esquivado las preguntas de José Montilla.
Y el candidato socialista ha reiterado por activa y por pasiva en que Mas "no es de fiar" porque no dice con quién pactará ni los recortes que piensa hacer ni si es independentista, en una campaña en la que Montilla también ha avanzado que, si pierde, no volverá a presentarse a los comicios.
Pese a todo los aspirantes se emplearon ayer a fondo para movilizar al electorado con estrategias diversas. El presidente de CiU solemnizó a menos de 24 horas de que termine la campaña su compromiso de "reconstruir" Cataluña desde la "humildad" y de mantener viva la "llama" que alimenta el sueño de disponer de una "nación plena". Con una estudiada iconografía -nueve senyeres alineadas junto al milenario monasterio de Sant Benet- y flanqueado por el líder de UDC, Josep Antoni Duran i Lleida, Mas apeló "al corazón y al alma de todos los catalanes", porque "el destino de los pueblos no viene marcado por las veces que entran en crisis o caen en el desánimo, sino por las veces que son capaces de levantarse".
El presidente de la Generalitat se marcó una maratoniana jornada con mítines "relámpagos" desde las siete de la mañana en la fábrica de Seat y posteriormente en localidades barcelonesas como Vilafranca del Penedés, Sant Pere de Ribes y El Prat de Llobregat. El último acto comenzó a las 22.00 horas. Montilla hizo un llamamiento a que haya una alta participación en las elecciones de mañana para dotar así de una mayor legitimidad al Govern y al Parlament que salga de las urnas y envió un último mensaje de móvil a sus afiliados en el que les emplaza a acudir a votar: "Evitemos que gane la derecha. Pásalo!".
Una apelación que el PSOE repite en los últimos días.
