Cofradías

Una carrerita histórica

La lluvia amenazaba con que este Domingo de Resurreción tampoco iban a celebrarse Las Carreritas, pero las hermandades decidieron que Madre e Hijo se volvieran a reencontrar

el 20 abr 2014 / 21:09 h.

La lluvia de primera hora de la mañana indicaba que este año la Virgen de Belén y el Dulce Nombre de Jesús –popularmente conocido como El Niño– tampoco iban a correr para reencontrarse tras la Semana de Pasión. La tristeza empezaba a salpicar un Domingo de Resurrección que en Pilas es sinónimo de felicidad. Pero un claro cambió todo y lo que podía ser el transcurso de un día normal de Carreritas, acabó como una jornada histórica. carrerita-historicaAunque normalmente, a las 8 horas todo está dispuesto para iniciar el día grande de Pilas –ese en el que la gente estrena ropa–, ayer hasta las 9.50 horas nada estaba claro. En un principio, las hermandades responsables de estas carreras, la de Belén y la de la Soledad, decidieron que las imágenes no se podían exponer a la lluvia que se asomaba por Hinojos. Sin embargo, las ganas que había de Carreritas, suspendidas el año pasado por un aguacero, y el empujón dado por el párroco Manuel Ávalos animó a la hermandad de la Soledad, con El Niño, a hacer una visita a la Virgen de Belén a su ermita. Tras varias reuniones extraordinarias de las juntas directivas y una llamada de la hermandad de la Soledad a la de Belén, finalmente Madre e Hijo recorrieron las calles de Pilas para reencontrarse, después de dos años, en la plaza de los bancos, como la conocen en la localidad. Las nubes seguían amenazando, por eso este año no cabía recrearse. Desde la Iglesia de Santa María la Mayor, El Niño, atribuido a la escuela montañesina, se desplazó por las calles Aviador Francisco Medina y Amelia de Villalonga sobre los hombros de las pandillas que iban pujando por cargar las maniguetas durante los abrazos. Un montante mucho menor con respecto a otros años debido a la incertidumbre de la lluvia, aseguraba el prioste de la hermandad de la Soledad, José Alberto Rodríguez. Y es que las pandillas devotas de las imágenes de Las Carreritas ahorran durante todo un año para poder ofrecer una gran cantidad de dinero con tal de llevar a la Virgen o al Niño. Por su parte, la Virgen de Belén se deslizó por la calle Pineda hasta llegar a la plaza de los bancos, un día en el que las maniguetas traseras del paso de palio se regalaron al pueblo para que pudieran compartir la alegría de ver a Madre e Hijos juntos de nuevo. Poco después de las 11 horas, las pandillas ataviadas cada una con sus camisetas identificativas corrieron seis carreritas, una detrás de otra tal y como pedía el pueblo. Momentos no exentos de peligro, ya que uno de los portadores resultó herido al chocar las maniguetas de los dos pasos. Tras la llegada de la Virgen de Belén a la Iglesia de Santa María la Mayor, donde se celebró la misa, El Niño se dirigió entre vítores hacia su casa. «Si lleva los ramos enteritos, no le habéis lucido nada», clamaban algunos vecinos al ver que por primera vez los exornos de El Niño, realizados por Arte Floral y Decoración Añil, llegaban íntegros a la iglesia. Ya por la tarde, la Virgen de Belén regresaba a su ermita, cerca de las 20 horas, donde se realizó la tradicional subasta de ramos.

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