La joven, Brooke Greenberg, no envejece por fuera, pero tiene la edad de una adolescente. Debido al desequilibrio genético que padece y que numerosos médicos no saben explicar, la chica ha sufrido "infartos cerebrales, espasmos, úlceras y dificultades respiratorias", según el rotativo inglés.
La Royal Societe de Londres acogerá próximamente una conferencia para explicar cómo podría estar funcionando el genoma de Greenberg, y por qué a sus hermanas no les ha afectado este problema de envejecimiento. La noticia del Times, citada también en la página web de El Mundo , especula con la posibilidad de invertir el proceso genético que impide a Brooke Greenberg crecer, y usarlo para lograr que las personas mayores rejuvenezcan al menos en el aspecto físico o que tengan mejor calidad de vida. En este sentido se han realizado ya pruebas con algunos animales e insectos. "El trabajo comenzó con unos pequeños gusanos, conocidos como C elegans, que normalmente viven dos semanas. Realizando pequeños cambios en determinados genes, los investigadores han sido capaces de extender su pronóstico de vida hasta las diez semanas", apunta el artículo.