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Una conciencia verde muy limitada

Los andaluces sólo reparan en el medio ambiente si se refiere a sus condiciones diarias de vida o a su bolsillo. El voluntarismo marca su comportamiento: estamos dispuestos a hacer, pero no hacemos tanto como decimos. Incluso, casi un 40% es incapaz de ver que las políticas ambientales son positivas para la economía. Queda un largo camino por recorrer.

el 16 sep 2009 / 03:49 h.

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Los andaluces sólo reparan en el medio ambiente si se refiere a sus condiciones diarias de vida o a su bolsillo. El voluntarismo marca su comportamiento: estamos dispuestos a hacer, pero no hacemos tanto como decimos. Incluso, casi un 40% es incapaz de ver que las políticas ambientales son positivas para la economía. Queda un largo camino por recorrer.

Andalucía tiene dos parques nacionales, 24 naturales, 21 parques periurbanos, 32 parajes naturales, dos paisajes protegidos, 37 monumentos naturales, 28 reservas naturales y cinco reservas naturales concertadas. Alberga miles de especies endémicas, tanto de flora como de fauna, imposibles de encontrar más allá de Despeñaperros.

Pero el medio ambiente es más que eso: es la calidad del aire, la basura que se genera, el transporte que se usa, la luz que se gasta, el tipo de energía que se usa. Sin embargo, los andaluces no terminan de tener una conciencia verde, más allá de aquello que les atañe muy directamente, a saber: el precio y calidad del agua, los efectos en su cuenta de fin de mes de comprar un electrodoméstico más eficiente o poner una bombilla de bajo consumo y el impacto en su salud de la polución. Es lo que demuestra el Ecobarómetro 2008, el último estudio elaborado por la Consejería de Medio Ambiente y el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía.

Según dicha estadística (resultante de 3.148 entrevistas a andaluces mayores de 18 años), casi el 65% de los andaluces se confiesa muy preocupado por el medio ambiente, frente a un 6,4% que no lo está en absoluto. Lo curioso es que decimos que estamos comprometidos, pero no vemos que nuestros vecinos lo estén (esto es, la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio), pues el 42,5% de los andaluces cree que sus conciudadanos están poco o nada preocupado.

Las mujeres le prestan más atención que los hombres. La encuesta se completa con una visión preocupante: el 32,6% de los entrevistados ni contesta cuando se les pregunta si las políticas ambientales son positivas para el desarrollo de Andalucía y más de un 12% entiende que son un obstáculo para el progreso económico. No es de extrañar si la inmensa mayoría demuestra en el test que desconoce cuántos parques nacionales tiene la región, cuánto se gasta de agua al mes, cuáles son las normas energéticas de Andalucía o en qué consiste, de forma sucinta, el cambio climático.

El voluntarismo es la seña de identidad del andaluz en el plano ambiental: tres cuartos sostienen que están dispuestos a reciclar, la mitad no tendría reparo en ser voluntario y casi un 80% apuesta por el transporte público. Esa es la voluntad. Los datos del Ministerio de Medio Ambiente dicen lo contrario: estamos a la cola de España en reciclaje (de todo tipo de material), apenas un 2% del voluntariado regional es ambiental y el coche privado es hoy la herramienta de movilidad del 64% de los ciudadanos.

El medio ambiente es la tercera mayor preocupación de los andaluces, y va perdiendo posiciones (hasta un 6% menos). En los últimos años se mantenía como la segunda, pero la crisis ha hecho que le adelanten el paro y la vivienda. Las pequeñas preocupaciones ambientales varían en función del ámbito de estudio; en el plano local, la prioridad es el ruido (29,8% de las respuestas), seguido de la suciedad de las calles (29%), la basura y los residuos sólidos (25,3%) y la falta de parques y jardines (25%). Las preocupaciones cambian si se les pregunta por toda Andalucía; entonces, lo que más les ocupa son los incendios forestales, que señala el 49,4% de los encuestados.

A mucha distancia están la falta de agua (37%), la contaminación de las playas y los mares (27,7%) y la desertificación (18,4%). Por encima de su día a día, preocupan el cambio climático, la capa de ozono y la escasez de recursos naturales. Si no se ve en la esquina de casa, si no duele en el bolsillo, si no se palpa, el medio ambiente es aún una entelequia que arrastra pocas voluntades en su defensa.

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