Mientras que la propia empresa que gestiona el servicio, JCDecaux, lamenta el alto nivel de vandalismo en la ciudad, el estudio de Facua resalta, por ejemplo, irregularidades en los cobros por el mal funcionamiento de las estaciones ya que, en algunos casos, se sigue facturando después de la entrega de la bici. Los consumidores se quejan de la lentitud del servicio de atención al cliente en la resolución de este tipo de problemas, de ahí que pidan que se revisen los puntos interactivos de las estaciones para evitar estas molestias para los usuarios, así como una mejora del teléfono 902. Incluso reclaman que se cambie por una línea local para abaratar el coste de la llamada.
La asociación criticó que el primer teniente de alcalde y delegado de Infraestructuras para la Sostenibilidad, Antonio Rodrigo Torrijos, no dé respuestas a las reivindicaciones que se le hicieron hace ocho meses, insistiendo en reclamar al Ayuntamiento que no acepte una subida de tarifas hasta que la empresa no solucione estas deficiencias en el servicio de bicicletas de alquiler.
Por su parte, la delegación respondió ayer en un comunicado que aún no ha recibido estudio alguno y que está a la espera de recibir éste para contestarlo lo antes posible. Añadió que se está dando participación a los usuarios a través de la comisión cívica de la bicicleta, junto a organizaciones, administraciones, empresarios y Universidad. El área que dirige Rodrigo Torrijos subrayó también que la negociación con la empresa sigue abierta, por lo que estas carencias se están estudiando.
Éste es el tercer estudio realizado por Facua sobre el servicio de alquiler de bicis y, según su secretario general, Rubén Sánchez, "globalmente no se han solucionado las anomalías". Los informes realizados en febrero y mayo exponían que el 30% de los usuarios de Sevici consideraba que la atención al cliente no funcionaba correctamente y un 32% valoraba que sólo a veces. Un 40% estaba satisfecho con el funcionamiento global del servicio.