La Feria de la circunnavegación de Elcano pliega velas. El estallido multicolor de la pólvora marcará esta noche el final de una placentera travesía de seis días sin grandes incidentes reseñables. Después de una Semana Santa azotada como nunca por el agua, para la delegada municipal de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, ésta su última Feria arroja un balance "muy positivo". Sólo a muy última hora, a consecuencia de los chubascos caídos en la madrugada de ayer sábado, la lluvia ha hecho zozobrar buena parte de los farolillos del Real, pero para hoy se espera que el buen tiempo respete este último sorbo feriante.
"Afortunadamente, la Feria ha estado estupenda, con muchísima gente en el Real y con mucha utilización del transporte público, que para nosotros es muy importante. En general no se puede reseñar ninguna incidencia gorda", apuntaba la delegada, abonándose a la idea de que el mal tiempo reinante en la Semana Santa ha hecho que la gente cogiera "con muchas ganas" esta desacostumbrada Feria de mayo.
A falta de los datos oficiales, la también responsable municipal de Turismo se congratuló de que las previsiones de los hoteleros -que se situaban por encima del 73% de ocupación- se hayan cumplido, siendo los hoteles de dos y tres estrellas los que más llenaron sus habitaciones. Por contra, los hoteles de más alta gama han tenido mayor disponibilidad, especialmente durante este fin de semana, lo que demuestra que en la Feria el precio es un factor importante.
Prieto-Castro destacó además la buena acogida que ha tenido entre los feriantes la prohibición, por vez primera, de fumar en el interior de las casetas, lo que ha propiciado estampas casi inéditas en esta Feria, con numerosas personas en animada conversación a las puertas de las casetas y colapsando las aceras de albero del Real, especialmente durante las horas de mayor afluencia de carruajes y equinos en el paseo de caballos. Lejos de generar altercados desagradables, la aplicación de la nueva ley antitabaco en el Real de Los Remedios le ha aportado más colorido a la Feria. "En general, la gente se lo ha tomado bien, como si la caseta se trata de un establecimiento hostelero más, ya sea un bar o un restaurante. Se ha visto a mucha gente en las puertas de las casetas y en la calle. Afortunadamente, el tiempo nos ha acompañado en este asunto".
Prieto-Castro subraya también que ésta ha sido una de las ediciones feriales más tranquilas de los últimos años, sin ninguna incidencia de importancia reseñable, circunstancia que califica como "la mejor de las noticias". La botellona profunda, la que convertía antaño en un basurero la portada y contraportada del recinto ferial, "prácticamente ha desaparecido", aunque sigue apareciendo algún rastro itinerante a las puertas de las casetas públicas de los distritos, siempre más difícil de controlar por los agentes de la Policía Local y los empleados de Lipasam.
Después de un fin de semana de pre Feria con gran animación en las casetas, el miércoles fue el día de mayor reventón en el recinto de Los Remedios, seguido del jueves. Los biotipos feriantes también han cambiado algo este año: la Feria no empezaba en realidad a ambientarse hasta las cuatro o cuatro y media de la tarde, después del almuerzo. El número de carruajes en la Feria ha sido "similar" al del año pasado. Es decir, una cifra alejada de los 700 enganches diarios de otras ediciones, pero a cambio sí se ha notado la recuperación al alza de los caballistas.
En esta recta final de Feria, el Ayuntamiento de Sevilla hizo pública la relación de casetas premiadas en el tradicional concurso de exornos. Según el fallo del jurado, presidido por la delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, y en el que actuó como secretario el jefe de servicio de este área, Rafael Carretero, el premio a la caseta más completa de la Feria en la categoría de un módulo es para Juan Belmonte, 37; y en la de dos o más módulos el premio es para la caseta de El Agua, en Pascual Márquez 119-123. Además se conceden sendos accésits a las casetas El Machacante (Joselito El Gallo, 26) por su "solera"; a Los cinco faroles (Pascual Márquez, 243) por la "armonía en al composición"; y a la situada en Gitanillo de Triana 62 por su "elegancia ornamental".