Cultura

Una fiesta a medio gas

Irregular el homenaje a la banda de rock andaluz Triana, que empezó tarde y con músicos abucheados. Ska-P dio lo que prometió y redondeó un directo potente y de aroma clásico.

el 26 may 2014 / 10:59 h.

territorios-2014Se había anunciado como uno de los platos fuertes de una edición de Territorios, la que concluyó el sábado, que no ocupará una especial relevancia en la historia del festival. Pero el homenaje Recordando a Triana que se orquestó para homenajear a la mítica banda de rock andaluz causó más indiferencia que adhesiones inquebrantables. Tampoco se explica que hubiera que esperar hasta casi las cuatro de la madrugada (con 40 minutos de retraso incluido) para asistir a él. Menos aún que todo el conjunto emanara una sensación de improvisación total, con artistas entrando y saliendo del escenario, con versiones rotundamente mal cantadas y con aportaciones en las antípodas del estilo del legendario grupo sevillano. En aras de la verdad hubo un momento que destacó sobre cualquier otro, aquel en el que Niño de Elche atacó Hijos del agobio. Y lo hizo con un quebranto rock que todavía resuena en la Cartuja; sólo por lo que hizo con ese vigente himno a la disidencia diremos que mereció la pena estar allí. Escuchándole nos preguntamos por qué Niño de Elche, aun teniendo una agenda cargada, serpentea por entre tantas músicas sin suscitar la atención mediática que merece. territorios-pajaroEn su línea, muy a lo suyo, Kiko Veneno actuó para su parroquia con el añadido de las vistosas portadas de los LP’s de Triana como telón de fondo. En parecido tono se movieron el resto de los invitados, quienes al menos consiguieron acercar a buena parte del público un sucedáneo de aquel añorado rock combativo. Con Sr.Chinarro llegó lo peor, no sólo porque pareció estar completamente ausente, también por su manera de castigar el tema Sr. Troncoso. Inexplicable viniendo de un músico con la sólida trayectoria de Antonio Luque, que salió del escenario en medio de un sonoro abucheo. Maga y Lori Meyers pasaron por allí. Andrés Herrera, Pájaro, se lo creyó más y dedicó unas poéticas palabras al líder Triana, Jesús de la Rosa, de quien afirmó que «seguro que ahora mismo está con Silvio en el bar divino del cielo». lori-meyers-annie-b-sweetUnas horas antes, y tras su éxito en Territorios 2012, los de Lori Meyers protagonizaron un concierto con el que volvieron a meterse en el bolsillo a sus fans con temas como Impronta o Corazón elocuente, que dedicaron a Sevilla. Música indie de calibre aceptable en un festival que parece haberse arrojado a los brazos de esta. Los granadinos contaron en la interpretación de El tiempo pasará con la agradecida presencia de la malagueña Anni B Sweet. Quien el viernes gozó con el mundanal concierto de La Mala Rodríguez tenía todas las papeletas para volver a hacerlo el sábado escuchando al rapero Nach. Y así pasó. Sin una puesta en escena especialmente diseñada, su público acudió no para recrearse en la estética, sino para corear sus canciones y sacudirse la mala leche; una manera como cualquier otra de sacar a pasear los demonios interiores. En la misma línea que el anterior, pero en otras lindes, las que dividen las fronteras del rock y el punk, Reincidentes espoleó la jornada pre-electoral con letras contra el capital, el maltrato de género o a favor del derecho al aborto. La excesiva amplificación jugó, como a tantos, malas pasadas, y quedó claro que la banda Fernando Madina es más carne de concierto y sala temática. Muchos adolescentes, y no tanto, cumplieron el sábado su sueño en Territorios de ver a Ska-P, grupo de ska-punk que desde 1994 golpea los escenarios con canciones que giran en favor de la legalización de la marihuana, criticas al imperialismo y a la derecha política, loas en contra de la tauromaquia y a favor del vegetarianismo y una defensa a ultranza del anarcosindicalismo. No pocos sones jamaicanos –acaso como contagiados por la rumbosa cuota reggae del certamen– se colaron en un potente directo que no defraudó a quienes acudieron al encuentro casi prácticamente para escucharles a ellos. A ritmo de dancehall, Swan Fyahbwoy, había inaugurado la noche con un público que coreó tanto las letras del artista madrileño que casi no se le escuchó. También compareció Paco Osuna, quien despidió la noche con un brillante sólo de guitarra, una perla en este bullanguero festival.

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