Entre las habilidades del Presidente Zapatero no es la menor sus artes de persuasión sobre el interlocutor, que ya sea José Montilla, Esperanza Aguirre o José Antonio Griñán suelen salir de las entrevistas en la Moncloa complacidos y sonrientes. Da la impresión de que a cada uno le dice lo que quiere escuchar, y de ahí que las declaraciones inmediatas recojan un cierto grado de satisfacción que termina en el habitual "todo ha ido muy bien".
El Presidente Griñán lo ha dicho muy claro en TVE: "Si para corregir los desequilibrios que ahora mismo hay en el sistema se van a generar nuevas desigualdades, Andalucía va a decir que no". Lo que traducido al análisis periodístico viene a significar que, pese al buen rollito de Zapatero, Griñán se malicia algo: que una vez más nuestra Comunidad Autónoma no logre sus objetivos de financiación al tener que compensarse en mayor medida a otra que no es sino Cataluña.
La estrategia del tripartito catalán consiste -la táctica ya era empleada por Pujol- en tensar la situación hasta el límite de que al Gobierno se le pongan los congojos de corbata, lo que se traduce en una rebaja proporcional a otras Comunidades entre las que más tiene que perder es precisamente Andalucía, la más poblada de España.
Si este dato demográfico no es tenido en cuenta como factor clave a la hora de distribuir los recursos del Estado entre las Comunidades, la nuestra se verá una vez más preterida como consecuencia del cuento que ya nos sabemos de memoria: el agravio -¿chantaje?- de los catalanes.
Y es que si el proyecto de acuerdo de financiación priorizase exclusivamente los criterios fiscales, tal como reclama machaconamente la Generalitad, estaríamos ante la quiebra definitiva del principio de solidaridad que consagra la Constitución del 78 y se condenaría a Andalucía a evolucionar a velocidad más lenta que a las denominadas ricas.
El hecho de que unas Comunidades ingresen más que otras significa que tienen mayor nivel de renta, pero los impuestos que pagan los ciudadanos de una u otra región española son los mismos.
Manuel Chaves se sabe de carrerilla este temario, por lo que es de esperar que desde su Vicepresidencia de Política Territorial se impulse un sistema de financiación que forzosamente no complacerá al cien por cien a todos, pero que tampoco disgustará totalmente a la mayoría.
En pocos asuntos de la política como en el reparto de los cuartos hay que saber manejar con tacto la aguja de marear. Porque España, patria común de todos los españoles, no puede tolerar una política de dos velocidades que haga progresar a unas regiones en proporción contraria al empobrecimiento de otras.
Creo que aquí nos va a encontrar José Griñán a todos los andaluces unidos como una piña. Y es que su muy clara y valiente entrevista de anteayer en TVE la podemos suscribir todos los ciudadanos de esta Comunidad para que como bien dijo el Presidente de la Junta nadie tenga la tentación de equilibrar por arriba y desequilibrar por abajo. O lo que es lo mismo, que no quieran desvestir a un santo para vestir a otro. Que esto sí que lo entiende el común de los fieles.