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Una fundación busca familias de acogida temporal

La Fundación Márgenes y Vínculos colabora con la Junta de Andalucía para buscar padres de acogida con los que se queden los niños con problemas hasta que encuentren una familia adoptiva definitiva o vuelvan con la familia biológica. En la provincia hay pocas familias dispuestas a hacerlo.

el 16 sep 2009 / 04:51 h.

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La Fundación Márgenes y Vínculos colabora con la Junta de Andalucía para buscar padres de acogida con los que se queden los niños con problemas hasta que encuentren una familia adoptiva definitiva o vuelvan con la familia biológica. En la provincia hay pocas familias dispuestas a hacerlo.

La Consejería para la Igualdad y Bienestar Social se hace cargo de niños cuyas familias han tenido problemas. Para ello normalmente acuden a casas de acogida, lo que para chicos de cero a siete años supone un problema en su educación y socialización al ser separados de un ambiente familiar. Una de las alternativas es la que ofrece la fundación Márgenes y Vínculos, que se encarga de buscar a padres temporales con los que los niños puedan convivir.

Las razones para no ser un padre adoptivo temporal son muchas. Además del poder adquisitivo de cada familia, es difícil cogerle cariño a un chaval y ver que luego se va con su verdadera familia. Sin embargo, "la satisfacción que da estar unos días con los chicos y poder contribuir a su educación es inmensa", comenta Dolores Fernández, ama de casa que, junto con su marido Eustaquio Cárdenas, han acogido ya a tres niños, incluyendo a la "princesa" -no se puede mencionar su nombre- que tienen ahora. Loli y Eustaquio optaron por la clase más difícil de las tres, el acogimiento de urgencia -de cero a siete años-, que son chicos que necesitan de inmediato un hogar.

En este caso es difícil "porque siempre acabas despidiéndote de ellos siempre, y se te hace duro", dice Loli. Mientras están con los padres de acogida se hace un diagnóstico a los biológicos hasta que se decide una medida estable y definitiva para el menor. Los otros dos casos son el acogimiento simple -de cero a 18 años-, donde se estima que los padres biológicos se recuperarán de sus problemas y el niño volverá a casa, y el acogimiento permanente en el que no hay posibilidad de que vuelva con los padres aunque puede tener algún régimen de relaciones familiares.

A pesar de la dureza de separarte de los niños a los pocos meses de que hayan llegado, Loli y Eustaquio están muy satisfechos porque "se irán de mi casa, pero siempre se quedan en mi corazón. Cuando se fue el primero que tuvimos fue muy duro. Hablamos los dos y dijimos que al siguiente no había que cogerle tanto cariño porque sabíamos lo que pasaría. Al final acabas cayendo y te duele cuando se van otra vez", explica Loli, que luce un collar con cinco figuras de niños pequeños, los tres que ha adoptado y sus dos hijos biológicos: "Mis hijos son un apoyo más. El mayor, Alejandro, está ahora como loco con la niña que tenemos, le explicamos lo que era y lo entendieron perfectamente. La pequeña, Claudia, tiene nueve años", explica Eustaquio, que incluso piensa que "esta iniciativa es buena para ellos, para que se den cuenta de que hay niños que tienen problemas, que no todo es como lo ven en casa".

Loli, por su parte, comenta que la vida con estos niños es diferente: "Cada día tratamos de hacerlo único. Si un fin de semana queremos ir a la playa no podemos decir que lo dejamos para el siguiente: vamos ese día porque mañana se puede ir la niña y yo quiero una foto con ella en la playa". De hecho, esta madre de acogida pidió para Reyes un marco digital porque ya han pasado por su casa tres niños y "no gano para tantos marcos. Es lo mejor tener un marco digital donde puedo poner fotos de todos mis hijos", explica.

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