Ahora, un grupo de antiguos alumnos del Portaceli de la promoción de 1970 ha decidido ponerse manos a la obra para lograr que una glorieta muy cercana al colegio dentro de los jardines de la Buhaira sea rotulada con el nombre de Glorieta Carlos Huelin. Uno de los miembros de esta plataforma, Arturo Candau, explicó que la iniciativa nació prácticamente desde que falleció Huelin "pero al final la gente está muy ocupada y se desvaneció un poco el tema". Por ello Candau, junto a Gines López-Cirera y Antonio Muñoz decidieron dar el impulso definitivo a esta idea. "En principio queríamos que se rotulara una calle con su nombre que estuviese cercana al colegio pero tampoco queríamos que fuera una calle con muchos residentes como Eduardo Dato y fastidiar a los miles de vecinos que viven en ella con un cambio de nomenclatura".
Por ello, y una vez puestos en contacto con la delegada del distrito Nervión, Pía Halcón, decidieron que esa glorieta del parque era la mejor ubicación. "Es el sitio perfecto porque esa zona antiguamente era parte del colegio Portaceli y está justo delante de donde el hermano Escolano tenía su pequeño taller".
El "único inconveniente" que hay ahora mismo es el económico ya que desde el distrito Nervión les han comunicado que la financiación de la rotulación de la glorieta, presupuestada de forma aproximada en entre 1.300 y 1.500 euros, tendrá que correr por cuenta de los solicitantes. "Entendemos la situación y desde el Ayuntamiento todo han sido facilidades. Por ello hemos abierto una cuenta corriente y un grupo en Facebook para darle difusión y lograr el dinero". El procedimiento administrativo, no obstante, ya ha comenzado para que pueda pasar todos los trámites (junta de distrito y Pleno municipal) con idea de inaugurar la glorieta el próximo 3 de enero, justo cuando se cumplan dos años del fallecimiento del Padre Huelin.
El jesuita, que dejó una imborrable huella durante sus 18 años al frente del colegio Portaceli, nació en Málaga en 1940 e ingresó en la Compañía de Jesús a los 16 años. Estudio Filosofía en Alcalá de Henares. En 1970, el cardenal Bueno Monreal lo ordenó sacerdote y con 31 años terminó, además, los estudios de Teología en Granada. Con esa edad fue trasladado al colegio Portaceli, donde desarrolló una incansable labor docente con miles de alumnos -él los llamaba piratas- que ahora quieren agradecerle para siempre todo lo que hizo por ellos.