Cultura

Una Gran Guerra para todos los públicos

Juan Eslava Galán presenta su último libro de divulgación, ‘La Primera Guerra Mundial contada para escépticos’

el 17 feb 2014 / 22:20 h.

FERIA DEL LIBROAunque el título de su último libro es La Primera Guerra Mundial contada para escépticos (Planeta), el propósito de Juan Eslava Galán va más allá: «Intento hacer una historia para el gran público», asegura, aunque subraya que el rigor y la amenidad no están en absoluto reñidos. «Siempre hay espacio para el humor, no debemos perderlo nunca y más cuando son temas tan serios», dice este jiennense, que vivió durante varios años en Sevilla y aún mantiene fuertes vínculos con la ciudad. En efecto, el libro de Eslava puede leerse casi como una novela, por la que desfilan personajes tan fascinantes como la seductora espía Mata Hari, el mítico Barón Rojo o aquel inquietante monje seductor de damas de la corte rusa conocido como Rasputín. La publicidad de este volumen, que ve la luz coincidiendo con el centenario de la contienda conocida como la Gran Guerra, promete además al lector hacerle viajar en el tren sellado que condujo a Lenin a Rusia en compañía de su esposa y su amante, sobrevolar África en zepelín, asistir al asesinato de la familia del zar o saber cómo eran los espías que pululaban por los hoteles de lujo de Madrid, pues España –que casi nunca se menciona en los ensayos de este período, al haberse mantenido neutral– aparece de un modo destacado. Por otro lado, junto a los grandes acontecimientos que jalonaron aquellos años terribles, Eslava Galán ha querido también poner el foco, o la lupa, en las historias personales y los pequeños detalles que, asegura, «pueden no ser decisivos, pero sí significativos». «Todos los años hago visitas a campos de batalla y museos militares, y he ido haciendo una colección de la que he extraído muchos de los materiales que aporto en este libro», explica el autor de En busca del unicornio. «Un historiador serio lo tiene todo en cuenta, no puede fiarse demasiado de los documentos». También trata Eslava de mostrar no solo el drama de aquellos que eran enviados al frente o las decisiones que tomaban los mandos, sino también la vida cotidiana de quienes nunca tomaban los fusiles ni recibían medallas. «Están los que hacen la guerra y los que la padecen», asevera el autor, que también hace hincapié en el hecho de que se trató de «una guerra desmesurada, a una escala hasta entonces desconocida, con ejércitos de millones de hombres procedentes de los cinco continentes que caerán a millares cada día». Pero hasta las peores tragedias pueden tener su momento amable, y hasta cómico. En el libro de Eslava Galán destaca el episodio de la célebre tregua de Navidad de 1914, cuando ingleses y alemanes pasan la noche intercambiando villancicos en lugar de balas, de trinchera a trinchera, antes de intercambiarse cigarrillos, whisky, chocolate y salchichas en campo abierto. «Fue un escándalo cuando se supo, y los mandos tomaron medidas para que el mal ejemplo no cundiera», evoca el escritor, quien señala como el más beneficioso del choque bélico un efecto colateral, no buscado: la consolidación de la liberación de la mujer

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