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Una inyección de solidaridad

Participantes en el congreso de antropología ‘Respuestas alimentarias a la crisis económica’ visitaron ayer el comedor de El Pumarejo para conocer ‘in situ’ su método de trabajo

el 30 sep 2013 / 22:00 h.

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La hermana Isabel muestra una de las cestas de comida que reparten mensualmente a 550 familias. La hermana Isabel muestra una de las cestas de comida que reparten mensualmente a 550 familias. Para hablar y debatir de un tema sólo existe una fórmula: conocerlo en profundidad. Para ello es muy importante vivirlo en primera persona siempre que sea posible. Por ello, ponentes del 38 Congreso Internacional ICAF (The International Commission on the Anthropology of Food and Nutrition) Respuestas alimentarias a la crisis económica visitaron ayer el comedor que desde hace 130 años tienen abierto las Hijas de la Caridad en El Pumarejo. Durante el recorrido por las instalaciones, la hermana Isabel explicó a este colectivo de expertos cómo funciona el centro, las ayudas que reciben y a quiénes prestan servicio. Sor Isabel fue muy franca al destacar que el número de personas a las que dan comida a diario ha crecido desde que comenzó la crisis. “Antes acudían a nuestro comedor entre 160 y 180 personas, pero ahora atendemos a unas 300, a lo que hay que sumar que damos alimentos sin cocinar a 550 familias, porque al comedor no vienen niños”, aclaró. Asimismo, relató a los visitantes que el perfil de las personas que frecuentan el comedor ha cambiado mucho en los últimos años: “Ahora vienen hasta personas que tienen pequeños trabajos, pero lo que ganan lo tienen que destinar a pagar la vivienda”. También les comentó con cierta tristeza que hay personas que han pasado de ser contribuyentes con el comedor a tener que acudir a él, porque su situación económica ha cambiado mucho. Con orgullo, la hermana Isabel admitió que en esta época de crisis la solidaridad se ha disparado, pero aseguró que ésta es aún mayor entre los pobres y lo ilustró con un relato que no da lugar a dudas: “Un día que nos vimos desbordados porque vinieron al comedor 340 personas, uno de los comensales ofreció su comida a otra persona diciendo que tenía más hambre que él. Y es que entre ellos existe esa delicadeza”. Otro ejemplo que puso fue el de dos hermanos que son habituales en el comedor y que cuando reciben legumbres de Cáritas o Cruz Roja nos las entregan a nosotros, “porque ellos dicen que comen aquí”. Sor Isabel también les informó a los participantes en el congreso de que a su centro acuden más hombres que mujeres y que entre ellos hay un buen grupo de españoles, “porque muchos extranjeros a causa de la crisis han regresado a sus países de origen”. La visita al comedor y a las instalaciones del centro, donde se ofrece también servicio de duchas, se entrega ropa y hasta se hacen canastillas para recién nacidos, sorprendió muy gratamente a los expertos. El profesor de la Universidad mexicana de Guadalajara Martín Tena indicó que en el centro de las Hijas de la Caridad se ve que hay experiencia y organización. “Es un ejemplo de solidaridad y de amor al prójimo. Me ha sorprendido muy gratamente”. Por su parte, la coordinadora del congreso, que se celebrará desde hoy y hasta el día 4 en Cazalla de la Sierra, la profesora de la Universidad de Sevilla, Isabel González, señaló que la idea de visitar el comedor surgió porque el trabajo que realizan las hermanas está muy relacionado con el tema de las jornadas y porque es una de las respuestas que se está dando a la crisis. En el congreso, indicó, también expondrán sus experiencias agricultores y hosteleros.

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