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Una isla de buenas tapas y vinos

La Isla (Arenal). Nueva vida para un gran clásico de la hostelería sevillana de alto nivel

el 01 ago 2014 / 12:00 h.

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Gastronomia 01 Nueva terraza de La Isla tras la reforma y modernización del local / J.C. Un escaparate de pescados y mariscos ante el que los transeúntes es difícil que no se paren, famoso en Sevilla, las piezas siguen asomándose al paso de indígenas y turistas invitando a entrar en este pequeño paraíso del clasicismo hostelero sevillano, ahora renovado y reimpulsado por un hostelero de raza, Emilio Guerrero, que hace honor a su apellido, luchando y lidiando con el difícil toro de llevar adelante un bar y un restaurante con una carta que toca todos los palos de manera afinada. La Isla se fundó en 1946, siendo durante décadas un referente, de eso que por aquí decimos, un restaurante para darse un buen homenaje o dárselo a unos clientes, a la parienta... o a quien sea. Pegadito al Arco del Postigo del aceite, La Isla respira sevillanía, ambiente taurino durante la Feria y un público local fiel que tradicionalmente ha disfrutado de su barra y de sus mesas. En esta nueva época, tras una reforma de modernización y actualización de la decoración del local, éste aparece más luminoso y funcional, la barra ha ganado espacio, con una zona más amplia y cómoda, incluso con algunas mesas altas, manteniendo cierta elegancia en el comedor y con una amplia terraza en calle peatonal para el que prefiera la calle. También cuenta con un comedor en la primera planta con salón privado. En cuanto a las cartas, se mantienen los estándares de calidad, cuando no se mejoran, siguiendo las pautas tradicionales del negocio, con una amplia y variada oferta de platos basados en la cocina tradicional sevillana, con tapas tan bien acogidas por la clientela como la ensaladilla de gambas o la carrillada guisada. En la carta de tapas también podemos probar unas Anchoas del Cantábrico de buen tamaño y textura, los chipirones en su tinta, el tradicional cóctel de mariscos, la cola de toro, el Don Jacobo, los espárragos rellenos, las espinacas, las gambas al ajillo, huevas cocidas o a la plancha, elaboraciones algo más innovadoras como unos huevos escalfados con foie, o los siempre seguros jamón y caña de lomo ibéricos de bellota, donde se trabajan primeras marcas de la Sierra de Huelva. Hay todos los días un guiso casero, que aquí se conoce como Reglamento y el arroz maravilla. Una nómina de tapas donde abundan las referencias tradicionales, no hay alardes creativos, no se trata aquí de eso, sino de procurar servir una materia prima de alta calidad y ser uno de los emblemas de la hostelería clásica sevillana. Un referente para La Isla es , sin duda, la Ostrería La Mar de la calle Génova, negocio familiar de donde Guerrero no sólo adapta su famosa ensaladilla, también tapas simples y sabrosas como los taquitos de salmón y otros que ya hemos nombrado. Podríamos decir que Guerrero era el candidato ideal para mantener y mejorar un negocio de las características de La Isla, otro de cuyos puntales básicos es el servicio, en este caso manteniendo personal de la etapa anterior, gente curtida en el oficio, con recursos, profesionalidad y ese trato educado pero sin confianzas que tanto se echa de menos últimamente en otros locales de nuestra ciudad. El mar es protagonista principal de La Isla, aunque también se trabaja carne de calidad, indudablemente merecería la pena otro artículo fijándonos más en el restaurante que en las tapas de barra. Pasar un rato en La Isla es volver a disfrutar de uno de los bares de calidad de Sevilla de toda la vida, con la necesaria actualización y renovación en los espacios y decoraciones, en un negocio que, por otra parte, ya necesitaba un cambio de imagen, lo cual no significa, dicho queda, que haya que cambiar ese estilo profesional y educado de tratar al público, pero con otra ventaja en lo que a la barra se refiere, unos precios muy ajustados. En La Isla podemos disfrutar de buenas tapas, una Cruzcampo bien servida y bien tirada, copas de vino muy presentables, por cierto, con una carta variada y de calidad, sin ir más lejos el tinto de la casa es Muga, casi nada, con posibilidad de tomar casi cualquier etiqueta por copas. Buenos productos, correcta elaboración, buena bodega y precios justos. Domicilio: Calle Arfe, 25 41001 Sevilla. Horario: De 12:00 a 24:00. Todos los días. En verano cierra viernes tarde, sábado y domingo. Teléfono: 954 21 53 76. Propietario: Emilio Guerrero.

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