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Una jaima en la verbena

Los amigos del Sáhara de Dos Hermanas montan hoy una tienda de campaña en la verbena de Fuente del Rey, tras el Hospital de Valme, a la espera de familias que quieran acoger este verano a algún niño o niña saharaui.

el 16 sep 2009 / 03:29 h.

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Desde las seis de esta tarde, una sencilla jaima saharaui se alzará entre los puestecillos y casetas que dan vida a la simpática verbena popular de Fuente del Rey, un barrio de Dos Hermanas tan alejado de ésta que se extiende justo detrás del Hospital de Valme. En esa tienda de campaña, un manojo de voluntarios nazarenos van a celebrar varias cosas. Entre ellas, las siguientes: que el pueblo saharaui aún existe, una maravilla inesperada dado que llevan más de treinta años malviviendo como refugiados en el más áspero, salino y pedregoso retal del desierto argelino; que ya falta menos de un mes para que vengan, como cada verano, los cientos de niños y niñas de entre siete y doce años para reencontrarse con sus familias españolas de acogida (y para las cuales dicho reencuentro marca una de las mayores crestas emocionales del año); y para festejar también cada una de las nuevas solicitudes que se presenten para sumarse a ese proyecto de acogida veraniega: Vacaciones en Paz. Todo el que tenga curiosidad, que se acerque por la jaima porque allí se lo explicarán todo sin ponerse pesados y sin compromiso alguno.

La verbena se va a celebrar en el campo de fútbol de la barriada. Si va desde Sevilla, una ruta sencilla es torcer a la derecha una vez pasado el hospital, por el desvío que sale hacia el polígono Carretera de la Isla. El pequeño recinto dedicado a los saharauis se sumará a la fiesta general con el toque exótico que aportan las tradiciones y la artesanía de ese pueblo: de fondo sonarán las voces de Mariem Hassan y otras grandes figuras del folclore del Sáhara, con canciones que hoy están prohibidas en el país donde nacieron. Con esos compases tan inspiradores, lo mismo le apetece reliarse una melfa y ponerse a bailar con el clásico juego de caderas. A lo mejor, hasta le prestan una para que ensaye.

Aquello, de todos modos, de discoteca va a tener poco. Sobre todo, se mostrarán algunos de los productos artesanos más característicos del Sáhara, como los collares, anillos y pulseras que podrá adquirir por poco dinero. Y luego habrá dos servicios que les ofrecerán de forma gratuita (más que de forma gratuita, a cambio de la voluntad): el trenzado de pelo y el tatuaje con henna. Como es habitual en todo lugar donde hay voluntarios, allí se van a ver muchos carteles. En ellos encontrará el ruego de sumarse a la campaña estival de acogida. ¿Podrá la crisis impedir que una sola de esas criaturas logre encontrar a una familia que quiera recibirla? Hoy se verá.

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