Estas aves viven en un hábitat totalmente programado. La permanente alimentación está controlada por una sonda que activa la tolva para rellenar los comederos. Para beber, agua descalcificada y tratada con el cloro preciso, el pollo picotea de las distintas tetillas de un canal. "Aprende a beber por sí mismo desde el primer día, se enseñan unos a otros", señala Raigada. Esta sofisticada jaula de oro tampoco cuenta con una mullida cama de paja, sino con una base vegetal de cascarilla de arroz mucho más higiénica. Evita, además, que la carne se endurezca o encalle cuando las aves se echan a descansar.
