La corporación y vecinos protestaron ayer con una lápida y una corona de flores. Foto: A. P. Una gran lápida rezaba ayer ante el kilómetro 565 «No más muertes. Desdoble o peaje libre, ya». De esta forma un centenar de vecinos y representantes de la corporación municipal de Los Palacios y Villafranca protestaron por las muertes que se producen en esta carretera por la que diariamente pasan 40.000 vehículos, entre turismos y camiones, que o tienen que pasar forzosamente por la vía para acudir a la capital hispalense o es su alternativa a un peaje cada vez más elevado. Por ello, ayer junto a ese simbólico gesto, que se produce días después de que un vecino de la pedanía palaciega de Los Chapatales perdiera la vida al volver de su trabajo, el alcalde de la localidad, Juan Manuel Valle, leyó un manifiesto en el que quedó clara una cosa: «Ya está bien de tantas muertes sin sentido. Ya está bien de que nos juguemos la vida cada vez que vamos a Sevilla a trabajar o a estudiar». Muertes que para los vecinos solo tienen dos soluciones: desdoblar la N-IV proyecto que tiene un coste de 65 millones de euros o eliminar el peaje que gestiona Abertis. Pese a que el proyecto de desdoblar esta vía se aprobó, hace más de cinco año quedó paralizado por la crisis y el Gobierno central no incluye en los Presupuestos Generales del Estado ninguna partida para la obra. Hecho que critica tanto Valle como el concejal del PSOE Joaquín Bornes y el popular Rafael Ruiz, que ayer acompañaron al alcalde en este acto institucional «sin banderas» políticas. Ruiz lo tiene claro y, ante la falta de noticias del Estado, cree que lo más fácil y rápido sería liberar el peaje, con tal de que los vecinos viajen «de forma más segura», ya que el objetivo es que no haya más muertes. Y es que, como sostuvo Bornes, están «cansados de que nuestro pueblo fallezca en esta carretera y no se tomen medidas urgentes». Los Palacios y Villafranca viven con el miedo de pasar por el famoso tramo de la N-IV. «Tenemos un drama, ya que forzosamente tenemos que pasar que pasar para trabajar, estudiar o ir al médico», asegura Valle. Por eso insta al Gobierno, «que es quien tiene la sartén por el mango», a que tome una solución «por el bien del pueblo». Y es que la peligrosidad de la carretera va en aumento, según el primer edil, a causa del incremento constante del peaje y del combustible. Pero los vecinos no entienden de cuestiones políticas. Solo entienden «del dolor», asegura la madre de una de las personas fallecidas en esta carretera. En consideración con la angustia de estos vecinos, si el Gobierno central sigue sin tomar una decisión, Valle lo tiene claro: «Si no pone una solución a este drama, el Ayuntamiento de manera unánime continuará con campañas de impacto mediático llamando al pueblo sin descanso».