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“Una madre desesperada hace lo que yo he hecho”

Los ocupas de Nuevo Amate abandonan voluntariamente los pisos y denuncian que tras acudir a Emvisesa, como les instó Zoido, no han conseguido nada. Ni siquiera una cita

el 22 ene 2014 / 23:30 h.

Sevilla 22/01/2014 Las familias que ocuparon los pisos de Nuevo Amate Por “cansancio”, por “miedo”, por la “soledad” que sienten y por la “desilusión” al no conseguir ni siquiera que les escuchen quienes pueden solucionar sus problemas. Las familias que ocuparon cinco pisos de Emvisesa en Nuevo Amate, la antigua Regiones Devastadas, decidieron abandonar las viviendas voluntariamente después de que el juzgado de Instrucción número 13 de Sevilla les llamase a declarar mañana viernes como imputados por un presunto delito de usurpación. Resignados, admiten que no han conseguido nada, que siguen sin un techo para sus hijos, pero, a renglón seguido, garantizan que seguirán luchando para que las administraciones les den una vivienda con un alquiler que puedan pagar. “Estamos haciendo todo lo que Zoido nos dijo que hiciéramos, así que ahora él tiene que cumplir”. Sonia, Teresa, Irene, Verónica y Jorge están agotados pero en la mañana de ayer fueron al Ayuntamiento y a Emvisesa para seguir pidiendo ayuda. En el Consistorio recibieron el asesoramiento de los socialistas, mientras que en la empresa municipal de la vivienda sólo pudieron presentar un escrito para solicitar una reunión con el gerente. Nadie les escuchó. Y eso que el propio alcalde, Juan Ignacio Zoido, les instó hace unos días a que fueran a Emvisesa y regularizasen su situación, prometiéndoles que adaptarían los precios de los pisos municipales vacíos a sus ingresos. En cambio, por ahora, ni siquiera los han recibido. Y de las 220 viviendas de Nuevo Amate listas desde el pasado septiembre sólo se han adjudicado 72 (100 según el Gobierno local). En total, más de 400 VPO están deshabitadas y una veintena de pisos sociales tampoco están ocupados. Ante este panorama, los ocupas piden celeridad y diálogo. “Zoido nos dijo que fuéramos a Emvisesa, que no nos dejaría desamparados y sin techo, pero allí hemos ido y seguimos igual. Esta noche volvemos a dormir en casa de familiares, hacinados. Así que estamos desanimados”, explica Rocío, la mujer de Jorge, que estuvo hasta ayer en uno de los pisos del bloque número 12 de la calle Carlos García Oviedo. “Hemos abandonado porque tarde o temprano, en unos días, teníamos que salir. O para ir al juzgado el viernes o para ir al médico o detenidos por la Policía. Así que para qué pasar más frío e incomunicación”, lamenta Rocío, que anoche durmió con su hijo de cinco años y su marido en casa de su madre, en Madre de Dios. Al igual que los otros ocupas, subraya el “acoso” que han vivido por parte de la Policía Local que, “sin una orden judicial no nos dejaba volver a los pisos ni subir nada que no fuera comida, ni baterías de móviles ni cosas para los niños...”. María Teresa Hernández, madre separada con tres hijos de 17, 16 y 13 años de edad, tiene 350 euros de ingresos al mes, lo que le pasa su exmarido por la pensión alimenticia. Su hermana Josefina es una de las vecinas de Regiones Devastadas realojadas en los nuevos bloques, así que cuando le comentó que estaban ocupando las viviendas vacías de Emvisesa no se lo pensó. “Una madre desesperada hace lo que yo he hecho. En los últimos diez años hemos vivido de un lado para otro y mis tres hijos van donde yo voy”, asegura. ¿Y de qué viven? “Los servicios sociales se portan bien con nosotros. Me dan comida en San Juan de Dios, cheques del supermercado Mas en los servicios sociales y también en Cáritas. Estamos pobres, pobres, pobres, pero tenemos dignidad y lo que han hecho con nosotros no es normal”, denuncia María Teresa. En concreto, critica el “acoso” de la Policía Local, “que no nos dejaba ni hablar por teléfono”, pese a “no tener ni orden judicial ni nada”. “Lo que nos han hecho –apostilló– es anticonstitucional, un delito”. “Mis hijos se han criado en la crisis, que no es crisis, sino una estafa. Porque hay viviendas vacías por todos lados y nosotros llevamos 13 años pidiendo una. La historia mía con las viviendas es tan gorda como el libro de Petete”, ironiza. Irene Gutiérrez, otra de las ocupas –tuvo que salir antes de la vivienda que asaltó para ir a trabajar– también quiso ayer dejar claro que seguirán luchando por un techo. “Estamos psicológicamente mal, es muy duro lo que hemos pasado, pero alguien nos tiene que oír”, dijo esperanzada. Irene, tiene 19 años y una niña de diez meses. Su sueldo de limpiadora no le da para pagar un alquiler, así que viven con un familiar. Asegura que ha solicitado un piso a Emvisesa, Epsa, el Defensor del Pueblo... “Tengo todos los papeles echados, pero nada. Sólo pedimos que negociemos una salida porque cumplimos los requisitos”, dice. Tras el desalojo voluntario, tanto IUcomo PSOE solicitaron al Gobierno local de Juan Ignacio Zoido que Emvisesa retire la denuncia contra los ocupas de Nuevo Amate, “para no incrementar más el sufrimiento de estos vecinos en situación de extrema necesidad”. Socialistas y miembros de la federación de izquierdas coincidieron en que ahora lo que toca es “que el Ayuntamiento se siente de inmediato con estos vecinos para darles una respuesta a su problema lo antes posible”. El Gobierno local se limitó a contestar que el portavoz municipal del PSOE, Juan Espadas, ordenó 63.000 desahucios cuando fue consejero y que no es necesario que los socialistas asesoren a los vecinos, porque “de eso ya se encarga tanto Emvisesa como los servicios sociales”. Siempre y cuando, por lo menos, reciban a los afectados. Precisamente ayer, Emvisesa se reunió con 12 de las 92 familias de Los Pajaritos que serán realojadas para la reconstrucción de sus bloques, de propiedad municipal. 66 irán al edificio ya listo en la avenida de Andalucía y el resto a otros pisos vacíos.

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