Los residentes de la Asociación Sevillana de Ayuda al Discapacitado (ASAS) prepara la ampliación de su centro para mejorar la vida diaria de sus inquilinos. Un proyecto financiado por la Consejería de Bienestar Social a razón de casi 300.000 mil euros en tres años y que podría abrirse este verano.
Detrás de la antigua residencia de ASAS se está levantando un nuevo módulo con todas las comodidades para que puedan instalarse allí los 61 discapacitados que viven permanentemente en este establecimiento. Este nuevo edificio será el primero de tres que se construirán en forma de anillo y que dispondrá de un patio interior en el centro de los tres módulos. La organización de ASAS espera que para este verano puedan trasladarse 32 de los inquilinos (la capacidad máxima del módulo) al primer emplazamiento ya construido. La consejería de bienestar social ya aprobó hace unas semanas conceder la subvención de 100.000 euros para esta costosa operación.
Según el gerente de la asociación, Antonio Martín, la construcción del primer módulo ha costado en torno al millón de euros, una obra que en parte fue financiada gracias a las subvenciones de la Junta de los últimos tres años, casi 300.000 euros, repartidos en subvenciones de 86.000 euros en 2005, 103.000 euros (2006) y 100.000 este año.
Martín piensa que para que empiece a funcionar el primer módulo solo faltaría conseguir financiación para el material y la infraestructura, una vez conseguida, la dirección ya ha decidido que los residentes menos autónomos (que precisen más ayuda) sean los primeros en estrenar el nuevo complejo, ya que se sitúa al lado del comedor y tiene una mayor facilidad de acceso que en las actuales habitaciones, sobre todo para aquellos pacientes a los que les cuesta andar o necesitan de mayores cuidados en los movimientos básicos. Según una trabajadora social del centro, María José Morales, "tratamos es de darles mayor calidad de vida a nuestros inquilinos. Nos encontramos con una población que está envejeciendo y necesitan mejores accesos" comenta Morales, que insiste en la atención que deben tener algunos de ellos las 24 horas del día.
No obstante, para Pablo Tebar, el coordinador de ASAS, aún no "estamos en condiciones de asegurar que la ampliación vaya a abrirse en verano, aunque ese sea nuestro deseo", ya que aún les falta la licencia de apertura que debe otorgar el ayuntamiento de Dos Hermanas, y algunos papeles y material para ofrecer mayor comodidad a los discapacitados, que se dividen en 56 residentes discapacitados y cinco que están en la cárcel. Tebar asegura que el objetivo es ampliar el número de residentes ya que la cola para ingresar es muy larga, aunque primero quieren mejorar la estancia de los que ya están y, una vez estos se hayan asentado, comenzarán a admitir a más pacientes.
La residencia ASAS es una de las más antiguas de la ciudad, ya que hace más de 30 años que está afincada en Dos Hermanas. De hecho, si las siglas no coinciden es porque al principio se llamaba Asociación Sevillana de Ayuda a Subnormales. Cuando la Junta suprimió el término "subnormal", se cambió por discapacitado y se introdujo en el registro como tal, aunque manteniendo las siglas por la tradición que tenía.