La de ayer en el teatro Central fue seguramente una noche soñada para Antonio Rey: presentarse en una plaza intimidatoria como Sevilla, hacerlo con Arcángel -brillante por bulerías- y Estrella Morente como invitados, y con un patio de butacas entregado y profiriendo oles desde el primer picado, es más de lo que un guitarrista joven puede siquiera imaginar.
Pertenece Rey a una generación de intérpretes que ha alcanzado altísimos niveles técnicos a edad muy temprana, como José Manuel León o Juan Antonio Suárez Cano. Su ejecución es casi impecable, y a una notable robustez melódica le suma una capacidad rítmica impresionante.
Lo malo es que las impresiones son eso, huellas superficiales. Hay que indagar un poco más, y ahí es donde Rey flaquea ligeramente. Ya no basta con componer unos tangos a la manera de Paco de Lucía o unas alegrías a la manera de Vicente: nos quedamos sin saber cómo suenan las seis cuerdas a la manera de Antonio Rey. Él y los de su promoción tienen la obligación de ir más allá, de inventar el lenguaje de la guitarra flamenca del siglo XXI, porque tienen los materiales de construcción y la sangre a su edad hierve.
Con todo, supo mantener el tipo un concierto entero, no se arredró y demostró su potencial si no se entrega a los caminos conocidos.
Antonio Rey. Teatro Central. 21 de septiembre de 2012. Guitarra: Antonio Rey. Invitados especiales: Arcángeles, Estrella Morente. Entrada: Aforo completo.