Las milicias iraquíes han lanzado una campaña contra los homosexuales del país, a los que torturan y matan ante la pasividad de las autoridades, según ha denunciado la ONG Human Rights Watch (HRW).
En un comunicado emitido ayer, la ONG insta al Gobierno iraquí a actuar inmediatamente para poner fin a los abusos de estas organizaciones armadas, a perseguir a los culpables y a evitar que resurja la violencia.
La nota de la ONG coincide con la publicación de un estudio titulado Quieren exterminarnos: Asesinato, Tortura y orientación sexual y de género en Irak, donde se documenta que a principios de 2009 se extendió la práctica de secuestros, torturas y asesinatos de homosexuales.
Según HRW, esta campaña homofóbica arrancó en el barrio bagdadí de mayoría chií de Ciudad Sadr y se extendió, más tarde, a varias ciudades del país.
La ONG señala a las milicias del líder radical chií Muqada al Sadr como las responsables, al menos indirectamente, de estos crímenes, y asegura que HRW ha recibido denuncias de ciudadanos que acusan a las fuerzas de seguridad de estar involucrados en estos actos.
El estudio contiene también relatos y vivencias personales sobre los asesinatos y la violencia de las milicias contra los homosexuales. En ellos se describen atrocidades como la introducción de pegamento por el ano de los gays retenidos.
"Cuatro hombres armados enmascarados y vestidos de negro irrumpieron en la casa. Preguntaron por él, le insultaron y se lo llevaron delante de sus padres. Fue encontrado en el barrio al día siguiente. Habían arrojado su cadáver en la basura. Le habían cortado los genitales y le habían arrancado un trozo de la garganta". Así se expresa quien fuera el compañero sentimental de una de las víctimas mortales de esta campaña de violencia homófoba, citado por HRW que no facilita su nombre por motivos obvios de seguridad.
Hamid, otro de los hombres entrevistados por la organización defensora de los Derechos Humanos, afirma que "lo más barato en Irak es una vida humana". "Especialmente si se trata de personas como nosotros (...) No entiendo qué hemos hecho para merecer esto. Quieren exterminarnos", añade.
Quienes han sobrevivido a los secuestros y a las torturas cuentan que los captores les interrogan para extraerles los nombres de otros homosexuales contra los que actuar posteriormente.
Además, la organización recuerda que las leyes iraquíes no consideran delito penal la conducta homosexual voluntaria entre adultos y que, aunque muchos milicianos dicen estar aplicando la sharia cuando castigan a los gays, la ley islámica exige que se respeten la legalidad, las pruebas y la intimidad. HRW señala la prohibición de toda forma de tortura y de trato inhumano, así como el derecho a la vida, en el marco del Derecho Internacional.
En las recomendaciones finales, HRW insta al Gobierno iraquí a "actuar urgentemente para poner freno a los abusos de las milicias y castigar a los perpetradores". El director del Programa de Derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de HRW, Scott Long, subrayó que "hacer la vista gorda ante las torturas y los abusos pone en peligro los derechos y la vida de todos los iraquíes".